Humor
globalizado
Flujos
de caja impúdicos
Joaquín
Ortega
Hacer dinero no está mal, mucho menos gastarlo o
invertirlo en tu futuro y en el de los tuyos, el problema reside en no ser
exagerado ni parecer un pavo real con plumas de Euros. Bueno es tener un auto
bello y caro. Malo es que ese auto tenga suspensión y cornetas que tripliquen
el valor de todo el automóvil. Bueno es poder disfrutar de un día de playa.
Malo es que el islote o la bahía que escogiste para pasar un rato, se convierta
en un estacionamiento acuático, donde las embarcaciones y los yates, sean el
referente flotante del carro del chulo, delineado arriba hace un ratico.
La obscenidad no es un plato descomunal, se trata de una escudilla
terriblemente organizada.
El problema con un flujo de caja impúdico, es que dentro
de la economía de los bits y los bytes –y en
ciertos contextos nacionales- siempre nos va a sonar a máquina registradora
ilegal, a contador de dinero a la sombra, a moneda bañada con lágrimas, o peor
aún a maletines con tic tac ocultos.
Sí sospechamos del trasero de la rubia del comercial de
traje de baños… Sí nos fajamos a buscar en Facebook
el nombre de la novia anterior del chico que estamos considerando… Sí revisamos con detenimiento las referencias
del doctor que nos va revisar nuestras partecitas íntimas, viene a ser súper
normal, que una tos con olor a dólares frescos nos encienda las alertas de
caminante del mundo actual.
Los capitales vuelan más rápido que los aviones, las
estafas llegan al correo electrónico con el nombre de una mujer hermosa –al
menos en fotos- y de ascendencia real –hasta prueba en contrario- Hasta la
educación formal pareciera poder brincarse en tiempos y asistencias, con algún
titulo adquirido en las plataformas virtuales de alguna universidad de
resonancia anglosajona.
El dinero caliente nos persigue, se mueve entre paraísos
fiscales y nombres impronunciables –y sobre todo inentendibles- como foreclosure, commodity, broker, Laddering,
Fee, Planning y Pari-Passu- Con estas frases clave, se debe ver uno muy
coqueto hablando por teléfono, pero ocurre como con las siglas de las
enfermedades de atención infantiles: una vez que el padre las entiende, los
psiquiatras inventan unas nuevas.
Para variar, Hollywood nos engaña de lo lindo y la vida de Gordon Gekko o de Jordan Belfort –a cual más parábola, una que la otra- revela que los malos simpáticos o con hijos malcriados, se salen con la suya, mientras los créditos ruedan sobre las caras de actores que se ríen de los excesos de drogas ajenos, como se burla un niño de la caída de culo de su maestro alcohólico.
Para variar, Hollywood nos engaña de lo lindo y la vida de Gordon Gekko o de Jordan Belfort –a cual más parábola, una que la otra- revela que los malos simpáticos o con hijos malcriados, se salen con la suya, mientras los créditos ruedan sobre las caras de actores que se ríen de los excesos de drogas ajenos, como se burla un niño de la caída de culo de su maestro alcohólico.
Un cañón de dólares disparado con sagacidad y precisión,
hace que hasta el más lento quiera volverse blanco -o guardaespaldas- de la
integridad moral de algunos bolsillos en la mira.
Cash,
cash, cash…Esa palabra suena
tan dulce, como la lluvia nocturna y serena en los oídos.
@ortegabrothers
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