Diario
de un jodedor: Échate un palo
Joaquín
Ortega
Ebrium Nos Speculatum Prodigum Est. Que traducido al criollo bastardo significa:
“Borracho que no habla pendejadas, está botando sus reales”. De esa cabuya
tenemos un rollo y en cada familia existen docenas de historias de curdas
épicas. El alcohol y la risa van juntos, tanto o más, que un brujo a su tabaco.
Por eso, en la vida diaria cualquiera se
ve reflejado en chistes dramatizados, agréguele a eso que, en el imaginario de
la masculinidad latina, el hígado se fortalece mientras más cajas de cerveza y
frascos de destilados circulen por aquel desconsiderado órgano.
La cultura del borracho no es nueva,
porque el alcohol es parte de la historia del mundo. Comer y beber es algo
inevitable, y a menos que tengamos responsabilidad de índole divina, lo más
seguro es que jamás hayamos cumplido con la máxima aquella de “¡no bebo más!”
La fuerza de los hombres de fe escasea, y por eso, las licorerías siempre
tendrán más flujo de caja que las iglesias.
En Venezuela, ser borracho es un anexo
a la quinta del ser “demasiado pana”. Mientras más risas genera el cuento, más
se diluye la irresponsabilidad y la inconsciencia. Para muestra un botón: “no
marico, veníamos curdos y sin dormir y yo me cambié las medias mientras
cambiaba de canal”. Explotan las risas y nosotros nos imaginamos ese mismo
cuento, pero narrado en el otro mundo mientras, los ciudadanos del infierno de
Durero le meten dos cuerazos y tres cucharadas de aceite de carro al infeliz
que mató a 11 y dejó lisiados a 8, por
su peíta destroyer.
Las mujeres borrachas salen tan “feas
pa´ la foto”, como sus homólogos masculinos: pasan del popular momento
stripper, al llanto, de ahí al estómago volteado y sí no las cuidan,
posiblemente terminen, al día siguiente, haciéndole visita a los hermanos
Espéculo y Colposcopio –con caramelito incluido-
Cuentos de borrachos serios en la
literatura hay para regalar: mi personaje preferido es Harvey Bone -de Hangover Square- un borracho
esquizofrénico que está enamorado de una prosti, a la que episódicamente
también quiere darle chuleta. Una verdadera historia de amor ¿No?
Con permiso, hago un “inciso Mia Astral”:
Another fart, by the way, es la
distinción entre borracho y prendido. El prendido está alegre, jodedor,
“sabrocito”, se desinhibe, pero no abusa. El borracho, simplemente la caga.
Grandes bebedores de las lengua inglesa
nos acompañan todavía: Hemingway, Joyce, F Scott Fitzgerald, Bukowski, Faulkner,
Capote, Kerouac, Poe, Dylan Thomas, Tenessee Williams, Raymond Chandler, Hunter
Thompson. En el mundo televisivo -que es el más bello de los mundos, ya que ni
huele ni puede tocarnos- Homero Simpson, Peter Griffin, el robot Bender y el
ídolo transgeneracional de multitudes Al Bundy crean borracheras memorables y
de lejitos poco nocivas.
Ya para concluir, nada más humano que
aceptar que beber moderadamente es bueno, y que brindarle a los panas, es
mejor.
Consultorio
Querido Joaquín. Soy una viajera
inagotable por el mundo y he aprendido dos cosas: la primera es que las maletas
tienen que ser todas igualitas, para que no te confundas y la segunda, es que
también hay que contarlas, para no dejar ninguna olvidada. Recurro a ti, porque
una amiga que hizo danza Tribal Nasty
en Australia, pudo posar para un calendario de motos de tres ruedas para el
mercado nigeriano. Ella, ahora vende jugos en la entrada se Sabas Nieves y su
esposo, seguidor del ejemplo de Lance Armstrong, después de su operación, está
haciendo unas pulseritas ecológicas de colores trendy. En fin, como todo se conecta, he estado pensando en
escribir una historia. Mi historia, la historia de mi vida y de mis viajes, de
cómo habla la gente en distintos partes del mundo, qué comen, las cosas
divertidas que pasan cuando una maleta se te pierde o cuando te interrogan por
varias horas en un cuarto y haces cuclillas como ejercicio. Los retos para
acertar sobre quién es el gemelo con el que estás empatada –te confieso, que
dos veces creo que me pelé, pero eso es otro rollo- Así que como muchas veces
el universo conspira, que digo “muchas veces”, lo hace “¡Siempre!”. “¡Siempre!”
conspira para mi éxito, ahorita quisiera que me aconsejaras en mi arte del
desnudo, que tengo olvidado desde que viajo con maletas que no son mías y que
me las entregan con orden de no abrirlas, ya que los señores que me pagan el
pasaje son unos rusos que lo que se ríen es nada. En fin, ¡oh tu heredero de entidades
espirituales inflamadas! Dame un consejo, tipo útil ¿sabes? Tuya, desde
Facebook hasta el infinito: Shakira Uribana Manuela D´Agostino Allup Méndez
Méndez Castells y Granados. AKA @larinapam
R:
Querida asilada de la vida real. Según
entiendo tu viajas, compras cosas, te quedas en lugares y vas a otros. Percibo
en tu mundo actual un dejo de lasitud. Verdaderamente, el hecho de estar tan
atareada te distrae de la voz de tu cuerpo. Mucho de lo que debes hacer tiene
que ir en pos de una esencia, así que creo que las ruedas y las alas deben ser
los puntos a explorar en tu nueva fase artística. Asúmete como una mutación
post alienígena, broncéate frente a la cámara de extintos fotógrafos de plaza,
date la oportunidad de dormir dentro de una pajarera en una azotea del centro
de la ciudad. Sé la mujer del azar –disfrazada de dado- que se convierte en
pelícano en celo. Repite con fuerza cada mañana frente al coro de instantáneas
que te hará el ejército de reporteros gráficos: ¡aborden, aborden, aborden. No
vaya a ser que se quede sin puesto!
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