Cine para 2
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Joaquín Ortega
Vacaciones, una muñeca
y un hámster
Las vacaciones de
verano siempre traen como consecuencia que se caiga en las trampas de los Blockbusters
o de las películas para toda la familia. En esta oportunidad, el terror y el
cine para niños cumplen con lo que prometen: asustar y hacer reír. Una muñeca
poseída -Anabelle 2: la creación- es la excusa para ir ampliando los tentáculos
de la saga de El Conjuro. Así, el llamado universo fílmico de los Warren da pie
para la profundización de un objeto terrorífico y mortal. En el caso de Mi
amigo Raffi, un intrépido roedor, transforma el mundo de adultos y niños con
más de una moraleja: unas ligeras y otras no tanto.
Anabelle: creation.
(David F. Sandberg USA, 2017)
El terror ha tomado una fuerza inusual bajo el esquema de
mostrarlo en secuencias con luz de día. Esto se lo debemos especialmente a
James Wan, director y escritor experto en ese tipo de presentaciones donde el
contexto cotidiano y solaz alberga un horror latente. Anabelle: Creation se distancia un poco de éste estilo diurno, pero
logra las mismos consecuencias en la audiencia.
La historia comienza en los años 40, cuando una niña sufre un
accidente mortal al borde de una carretera rural poco transitada. Sus padres desolados
por la pérdida deciden, en medio de su dolor, darle entrada a lo sobrenatural.
Asumen que algunas voces y acciones asombrosas son producto del espíritu de su
pequeña, recién fallecida y deciden confeccionar una muñeca de porcelana donde
supuestamente habitará su alma.
Como era de esperarse todo va de mal en peor: apariciones
funestas, sangre a borbotones y desesperación laberíntica se mezclan en un
remolino de llanto, fuerzas del bien y fe puesta a prueba. Con una
ayuda inesperada, los personajes creen que han logrado sellar la maldición,
guardándola en un cuarto bajo llave. Hasta aquí un inicio terrorífico, para
unas no menos acciones de pesadilla. La siguiente línea de acontecimientos se
relata 12 años después, cuando unas huérfanas deben ir a la casa donde duerme Annabelle y el espíritu que habita en la
muñeca es liberado por accidente.
En una sucesión de escenas dignas del terror psicológico,
junto a una dosificada violencia Gore,
tanto las huérfanas, como el resto de los habitantes de la casa, comienzan a
sufrir las consecuencias de permanecer con un demonio que entra y sale de la
muñeca, la cual resulta ser más un portal, que un simple juguete alérgico al
agua bendita.
Luego, doce años después, la historia avanza al principio de
las acciones que originan Annabelle,
la película original y en las escenas poscréditos aparece uno de los demonios
que hacen gala de su maldad en The
Conjuring.
Las técnicas de narración que se utilizan están vinculadas a
la sorpresa y al sobresalto, y, al principio parecen no ser tan sorprendentes
como la conexión argumental y temática entre el llamado “Warrenverse”, es decir el universo de los Warren -la famosa pareja
de espiritistas cuya vida real inspiró los relatos sacados de la vida real de
ésta serie de películas hermanadas por personajes en común que luchan o padecen
el mal venido directamente del infierno- pero sin embargo, terminan
convenciendo a las audiencias más fanáticas.
Las actuaciones resaltan en todas las edades y tanto la
música, como la ambientación que transita en un avance de treinta años en la
cinta, genera un efecto nostalgia que le da credibilidad visual a una historia
entrecruzada, que por lo visto ha llegado para quedarse y asustarnos por un
buen tiempo.
Puntuación 5 sobre 5
Rettet Raffi!. Mi
amigo Raffi. (Arend Agthe. Alemania, 2015)
El cine para niños nunca ha dejado de tomar en cuenta a las
personas mayores, a esos adultos quienes acompañan a los menores a las salas de
cine. En el caso de Mi amigo Raffi, esta
premisa se lleva hasta arriba, haciendo que la mayoría de los adultos rían y
compartan las emociones junto a los pequeños dentro de la sala. Sammy, es un
niño de 8 años quien tiene una mascota
muy particular: Raffi, un hámster cuyas aficiones van desde jugar al
fútbol hasta sobrevivir ataques gatunos y riesgosas caídas cuasi mortales.
El enemigo número uno de Sammy, es Rocky un hombre malvado y
torpe. Su afán por robar cigarrillos solo es comparable a su compulsión por
tener a Raffi bajo su poder. El miserable Rocky urde un plan macabro para
llevarse al roedor de la tranquilidad de su hogar y, prácticamente es el
ingenio de Sammy, quien enfrenta solo la aventura de salvar a su pequeño amigo.
Al ser una película europea se plantean una serie de temas y
tramas, que pueden alterar o ayudar a debatir a los padres con sus hijos: el
hecho de fumar en exceso, la precoz relación de una hija menor con su novio,
durmiendo regularmente en el mismo techo, la sucesión de malas palabras, a
veces no traducidas al español, cierto subtexto político, entre otros. Una
pregunta que pudiera hacerse la audiencia es la displicencia de la madre y la
hermana, ante el pedido de auxilio de Sammy o la ausencia del padre fuera de la
ciudad por motivos de trabajo en un país tan violento como Afganistán… sin duda,
todo eso solo propone mayor posibilidad de conversación al salir. Sin embargo,
es tanta la acción y la emoción…la mezcla de risas, angustias y ternuras que todo
lo demás quedará de lado.
Los entrenadores de animales de la cinta –junto a los
diseñadores de miniaturas- son posiblemente los verdaderos héroes tras cámaras:
hámsteres, gatos, perros y distintas arquitecturas en estudio que hacen
palidecer a cualquier exterior cinematográfico del mundo. El director Arend
Agthe, ya había ganado premios por su aporte al cine juvenil e infantil con
Karakum del año 1994, rodada en su natal Turkmenistán. Habiéndose llevado el
segundo lugar en el Chicago International Children´s Film Festival. Mi amigo Raffi ha funcionado tan bien en
taquilla que se prevé una segunda y tercera parte, así como una serie de
televisión para 2019.
Puntuación 5 sobre 5.
@ortegabrothers
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