Manual para quedarse pegado
Joaquín Ortega
Lo peor que se puede hacer cuando terminas con alguien, ya
sea que te maleteen o que tú te hayas escapado por la puerta, es rumiar el
fracaso o recordar los buenos momentos. Toda esa relación de mierda debe
olvidarse. Y cuando digo toda, es toda.
Solamente plagiadores de Isaac Bashevis Singer como Gabriel
García Márquez -y otros epígonos promovidos por oscuras agendas asesinas de la
libertad- pueden decir cosas como: “no llores porque terminó, alégrate porque
sucedió”…si esa no es la cita, por ahí va, y me da mucha ladilla, revisar en Google si la vaina es correcta. Lo
importante es que se entendió.
Y volviendo al punto de arriba, olvida todo, porque es mejor
olvidar que llevar a cuestas un experimento fallido que nunca es tuyo, sino del
creador de la relación.
Y aclaremos. Es bien sabido que el hombre es gafo por
naturaleza en temas de amor, y hasta el más rata de los conquistadores ha caído
con los kilos en algún momento de su vida. Así, que si una relación fracasa no
es por ti, es por ella. Ellas se entrenan en el arte del flirteo, del
movimiento amatorio y de los planes de vida… Ellas tienen despierto -desde el
día uno de su venida al mundo- el gen todopoderoso de la casita con todo
incluido –o simplemente el affaire a lo Bovary-.
Las mujeres están diseñadas para armar su casa con su “hombre
accesorio”, el cual puedes ser tú o cualquier otro –incluido éste servidor-
Todo lo que hacen –o no- es para mantenerte adentro de ese círculo sagrado de
sus pertenencias. Por cierto, la única diferencia entre un vestido de ellas y
tú, es que el vestido no se la va solo. Pero continuemos.
Cuando por fin le caes, todo es parte de un programa, ellas
tienen clara la intención, el procedimiento, el modo y las tácticas… ya lo han
planificado y ensayado con meses de antelación. Las mujeres te han stalkeado –acechado es demodé-, te han
brujeado, han hecho encuestas, se han asesorado y te han medido como a un
mueble nuevo para su cuarto, antes de que tú te dieras cuenta de que la jeva te
estaba parando bola.
Las mujeres son un Napoleón de las batallas del amor. Son
como Sun Tzu, pero con hilo dental. Por eso, no le pares si pierdes, porque los
hombres estamos diseñados para perder, y si alguna mujer te va a salvar en el
futuro inmediato, será tú madre desde el más allá o alguna hija, si es que
llegas a tener la dicha de concebir una.
Por cierto, valga el inciso, nada mejor que tener hijas hembras porque
las puedes consentir súper relajado, mientras que sí haces eso mismo con un
varón, se mariconea.
Ahora, a lo que vinimos.
Aquí te vamos a dar unas reglas bien masoquistas para que
tengas material dramático para llorar como un guevón cualquier amor perdido.
Recuerda, que ese amor ya sabía la fecha de inicio y de caducidad de la
relación, porque tú en el fondo eres un cartón de leche que habla, pero cartón
de leche al fin.
Reglas para quedarse pegado:
1.
Ve a las mismas heladerías que frecuentaban
juntos. Pide dos helados. Come el que debería ser para ella con la mano
izquierda.
2.
Desayuna a la misma hora y las mismas cosas que
pedían los dos después del polvo mañanero.
3.
Haz una selección de porno en donde las actrices
usen la misma ropa interior, que ella se ponía, para darte su ración de
amorcito erótico.
4.
Piensa en ella antes de dormirte y levántate
pensando en su cara, igualito a como cuando estaban empatados y te mensajeaba
con íconos tiernos de FB.
5.
Huele los libros que te prestó y que todavía
llevan su perfume.
6.
Nunca borres las fotos de ella ni de su familia
del celular y de la computadora que tenías de portada.
7.
Ten a la vista los anillos, los ahorros, el mapa
de la ciudad que iban a conocer juntos, los poemas y las dedicatorias que le
ibas a entregar cuando le pidieras formalmente la mano.
8.
Cómprate un loro y enséñale su nombre para que
lo repita cada vez que llegues a la casa.
9.
Haz una selección de los mensajes de cuando
todavía decía que te quería y pégalos como post
it en todas las máquinas y aparatos digitales que tengas.
10. Celebra
cada mensuario como si no hubiera pasado nada.
11. Revisa
siempre el teléfono, deseando que aparezca su número.
12. Habla
de ella con gente que no conozcas, contándole lo valiosa que es, lo
inteligente, lo tierna y lo mucho que te hace feliz. Recuerda no hacerlo con
tus amigos. Ellos ya saben que dignidad no tienes, pero tampoco es para que le
des excusas para que te internen en un psiquiátrico.
13. No
duermas sin escuchar sus mensajes de voz y haz un loop con los “mi vida”, “te amo, te amo, te amo, te amo”, “tu novia
te ama” y “esposo, recuerda”. Si no
lloras con ganas, al menos podrás desvanecerte del dolor de haberte despersonalizado.
14. Por
último, no olvides perseguir ladrando carros que se parezcan al que manejaba
ella…Y pasar, una que otra semana, esperando con un ramo de flores muertas en
el aeropuerto, a que regrese a cumplir con sus promesas de amor.
Recuerda siempre que quedarse pegado no es una opción. Es una
forma de vida.
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@ortegabrothers
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