Humoradas: Amar o morir
Joaquín Ortega
Comer y dormir. ¿Habrá algo mejor que eso, cuando la primera actividad ha
sido yacer carnalmente? De hecho, en el mundo si haces una encuesta, el sueño
post amatorio debe figurar como la tarea más cool después de hacerle señas obscenas a los guardias de Trafalgar Square. Nada como voltearse,
hecho el loco, sobre el lado seco de la cama -claro está- y quedarse dormido
hasta que pegue el hambre o las ganas de jugar a la casita de nuevo.
Todo hombre trabajador del mundo sabe que ocho horas
de sueño nunca serán suficientes para recuperarse de un día de fatiga laboral, así
que una pestañita entre rounds de amores, debe tener su valor y su respeto- Muchas
mujeres, no saben que tal tarea en clave de reposo –la del CPC o Coma Post
Coital- no sólo nos conecta con nuevas fuentes de conocimiento emocional, sino
que nos permite ser mejores y más organizados varones en la vida doméstica.
Incluso, dejar el televisor encendido con el juego
preferido no es una distracción ni una descortesía amatoria, es simplemente, una
forma de entrar en un letargo apasionado, de manera que un buen beso de la
mujer festejada, nos resucite con el ímpetu de un huracán color carne.
Por otro lado, las damas saben que a nosotros no nos
inquieta el chateo continuo o la revisión del BlackBerry entre sesión y sesión. Tampoco es una causa de
desmotivación los comentarios sobre la vida doméstica o las vicisitudes de la
vida amorosa de parejas amigas. Muy por el contrario, todo hombre anhela
escuchar cómo va la telenovela emocional de “la tía de la prima de la amiga de
la señora que te presenté el otro día en aquel ascensor”. Es tan gratificante
enterarse de cómo lo común es tan maravilloso, de cómo hay tantos tonos de
color de cabello y cómo el castaño es tan distinto al rubio ceniza. En pocas
palabras, es “¡más fiiino!”
Como colofón de toda fase amatoria, el varón sabe muy
bien que aunque haya sido exigido de cuerpo y alma, debe proponer tareas
relacionadas con el arreglo del hogar –ya sean útiles, innecesarias,
caprichosas o impostergables- antes de que se las propongan. Asimismo, en clave
de galán de tribunales y con la ceja alzada y el engolamiento leguleyo deben
comunicar una frase ampulosa pero efectiva: “Es que cada día, tu belleza,
supera tu inteligencia ¡eh!”.
Si toda mujer entiende que dormirse entre
sesiones no es un acto de egoísmo, sino de reencuentro con nuestro sol amarillo
-tipo rehab de Superman- sabrán
apreciar -con cariño- nuestros ronquidos y hasta las masculladas de nombres de
actrices porno, entre sueños.
No comments:
Post a Comment