Sunday, December 18, 2011

Diario de un jodedor: escarcha para hoy, deudas para mañana



Diario de un jodedor: escarcha para hoy, deudas para mañana
Joaquín ortega

La navidad es una gripe… el que cree… el que no habla el idioma… al que no le importa… al niño y al recién civilizado se le pega por igual. La navidad es una programación neurolingüística que te automatiza, te pone una sonrisa y te hace despilfarrar hasta lo que no es tuyo. La navidad es un experimento diseñado en algún laboratorio nazi oculto, por dos familias endogámicas que se ríen de nosotros, por un huequito.

En tiempos de navidad el experimento pretende promover las siguientes conductas: 1.- comer hasta estirar el estómago cuatro veces sus dimensiones naturales; 2.- beber hasta damnificar el hígado –es decir, maltratarlo de tal manera, que viva una vida aparte adentro de una oficina gubernamental y sobreviva el resto de su vida, a punta de café viejo y ceniza de cigarrillos Cónsul-; 3.- alterar el sueño, de manera que con cuatro horas diarias, el cuerpo humano medio marche al cumplimiento de actividades repetitivas que incluirán comer –¿más comida?, preguntarán. Pues sí, más comida- en centros comerciales y tarantines con amibiasis, dilapidar herencias familiares en dos tarjetazos, apostar aguinaldos y liquidaciones o postdatar cheques.   

En navidad, parte del experimento está conectado con las cuñas en canales para chamos, los cuales, a su vez le rinden culto a las antiguas sectas satánicas de siempre. Allí, te venderán los juguetes más comunes con las promesas más insólitas: “Marsito Conese, el fetico pequeño que crece” –en el fondo, es un guiño a los potros de la santa inquisición-; “Marianita Colibrí, la bebita que te hace pipí” –burda excusa para presentar didácticamente el squirting para niños. Lo que viene a ser una preparación subconsciente para la nueva generación de actrices mionas de la pornografía internacional- “Marquito Narguila, el muñeco moro que hace fila” –un preparativo del nuevo orden mundial, para que las hambrunas nucleares cuenten con su preproducción pavloviana de millones de inútiles, que sólo saben esperar turnos que jamás llegarán- “Los Morochitos Belinda, dos huevos o cigotos de raza distinta”.  Ejemplo maravilloso de que una hembra humana, sí puede salir en estado de dos padres distintos –el objetivo de esta parejita de muñequitos, es prepararnos para las futuras fecundaciones pret a porter, en donde el hombre se convierte en donante, bajo amenaza de recluta forzada, y la hembra, prestará su vientre por un combo de aceite, harina pan y café. 

En fin, la navidad es una técnica sociobiológica con Chayanne de fondo cantando jingle bells, en donde lo más fácil es morirse por una intoxicación de fieltro, y lo más difícil, es llegar al primero de enero sin la sensación de que Santa Claus es el papa negro de un culto alien. 

Consultorio del Dr. Ortega

P: Querido Joaquín. Soy una joven probadora de pilas para BlackBerry en un prestigioso centro autorizado de la ciudad. Te cuento, que cada día, se me hace más difícil inventar nuevas cosas con motivos navideños para mis clientes, y en especial, para mi jefecito que es un niño con progeria, y que aparenta casi 91 años, casi, como cualquier cura sexy retirado. Al terminar cada jornada, yo me quedo con él y contamos las ganancias del día. Él es súper  tierno y me dice que disfrace de pesebre humano y luego me camina por encima, haciendo ruidos como de tractor con unas bototas Timberland, diciéndome “que me calle, que soy un District 9” -que creo que es una película venezolana que no he podido conseguir todavía- 

Lo que me preocupa, es que para ser un niño, sabe cosas que sólo un adulto sabría, y a veces entra y sale con una capucha de un cuarto –en donde escucho como unas risas de otra gente- y me parece, que ciertas partes de su cuerpo varían en tamaño y contorno, cuando va y viene del cuartico. ¿Será que me está engañando y no es un niño enfermo ni nada? Tuya, angustiada, pero relajada: Mariam Retailer Daforquina Canchica Jonas Mejías Sira y Zara.

R: Querida bacilo de Koch, hecha mamífero por la providencia. Tu sensibilidad humana es tu mayor fortaleza. A pesar, de que afirmes que tu imaginación se queda corta para los detalles navideños, no hay duda de que tienes dentro de ti, todo un repertorio de imágenes y actitudes perfectas para la ociosidad. Yo te aconsejo, que sigas haciendo tu trabajo social con el supuesto niño anciano. Si es un hombre viejo se irá feliz, si es un enano disfrazado de niño también… y si es un enfermito, estarás acumulando karma positivo de aquí al Walhalla. Los siguientes pasos que debes tomar son los siguientes: pide una colaboración para el pesebre, sólo en moneda extranjera; luego exige que cada vez que entre y salga del cuarto -el caballerito en cuestión- te vaya adelantando los cesta tickets de cada mes; y por último, pasa con tu currículo con foto por esta redacción, porque para la próxima semana internacional de la ciencia te tenemos un puestico en un stand. Cuídate y no comas mucha hallaca en diciembre. 

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