De monstruos y otros ciudadanos. David
Joaquín Ortega
David cría cachorros que algún día serán grandes perros
Los alimenta y les da refugio
Pero como todo…
Es por un tiempo
Cuando crezcan serán una manada
Sus canes deben ser puros
Harán lo que está destinado
Lo que se pensó antes que nacieran
Lo que estaba previsto, según los ritos antiguos
David cree en la tradición
Y sueña con normas escritas que se leen alrededor del fuego
En aquel entonces
Pocos entendían esos signos sobre el papel
Pero, pocos dejaban de acatar a la voz
David escucha la voz desde hace tiempo
La voz ha pasado de entidades a cuerpos
La voz se ha deslizado de lugar en lugar
La última vez, David no estuvo en la tierra cuando la voz hablaba
Pero sí supo que la voz dejó recados para él
Por eso cría perros
Los sustenta y ejercita
Como un juego los hace perseguir y morder y traer trozos de vuelta
David sabe que la voz tiene un lugar para él alrededor de su fuego
La voz hablaba alto y fuerte
En sus tiempos cumplía sus promesas y le abría los ojos ante botines y carnadas
David, a veces cree tener la voz tosiendo en su garganta
Pero eso, sería pretender demasiado
Porque quien casi todo lo pudo fue la voz. No David
Por eso, los que siguen a la voz guardan silencio
Y se reúnen ante el fuego
Y frente a las llamas hablan con la voz
Los perros que prepara David se comportan como deben
Son cuatro y parecen lumbre, volcán, pira, lágrimas de bujía
Tras una reja interminable mascan el hambre
David habla con los sabuesos que parecen aullar ante la voz
Amar no es costumbre, temer no es una opción
David los azuza y les ofrece el cuello
Sonriente celebra la última clase
La voz se excita y se complace
David ya no tiene voz
3 comments:
Excelente! Me gustó mucho. Puedo pensar en algunas metáforas. Saludos.
Gracias Carolina
;)
J
grande bro!!
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