Series a dos bandas
Joaquín Ortega
Hoy
presentamos: Outcast: entre el mal y
el miedo
La gente se besa en la boca. Porque es normal y porque es
sabroso. Se besan labios bonitos y menos agraciados. Por una boca, también
salen palabras, algunas mascullan cosas lindas, y otras que pueden maldecir o
reverdecer en groserías. Outcast es
una serie de televisión, adaptada de un Comic
con millones de fanáticos, y que por alguna razón, ya está en pico de
todos.
¿De
que trata Outcast y en qué se
diferencia de otras historias en clave de exorcismo?
Relata el itinerario de dos hombres marcados por la
desgracia. Más propiamente por el mal, y su interpretación a la manera judeo-cristiana,
en la tierra. Por si fuera poco, es el mismísimo diablo quien les ha puesto el
ojo a los protagonistas, y de allí que infinidad de ángeles caídos, trampas y
secuaces humanos se quieran llevar el pellejo -y la cordura- de estos
personajes. Amigos y familiares, claro está, llevarán siempre la peor parte; y,
en una extraña tensión entre fe y descreimiento, Kyle Barnes y el Reverendo
Anderson trabajarán como un artefacto aceitado; como si fueran una dupla de caballero
y escudero, de roles, a veces, intercambiables.
La
relación natural entre Comic y los
audiovisuales
Es normal que de un Comic
se brinque con soltura a cualquier pantalla moderna. Las secuencias, los
planos, los tiros de cámara, las intenciones de personajes, su contexto y sus
emociones ya están listos en ese Story Board
que es la propia historia en formato visual y físico. La adaptación del Comic a la TV es otro asunto: alargar
escenas, no presentar todas las causas de un golpe, estirar la aparición de los
personajes, generar nuevos antagonistas. En suma, pensar siempre en el televidente, más que en
el comprador habitual de impresos.
¿Quién lo hace mejor?
Pensar en un duelo entre Image Comics o Fox-Cinemax, situarlos
como antagonistas, sería plantear una falsa pelea. Cada quien está en un
formato y, por lo tanto, relatan el cuento, a partir de su propia
realidad. El tema humano acorrala al
presente de la narración televisiva, los actores tratan de darle mayor sentido
emocional, algo que -de todas, todas- escapa de un texto y una imagen sin
animación ni voz- Por esto, será el ambiente total de la serie una fuerza en sí
misma. Tomemos como referencia la presentación inicial -y una antológica banda
sonora, escurridiza y distinguida- que va desde el country de Conway Twitty o Sturgill Simpson, el oportuno postpunk de The Cure, la inusual alegría de Night
Club de Banners, el Pop relajado
de Tove Styrke, el clásico Hard Rock
de Bad Company -con Heartbeat en la escena del bowling en el episodio numero 3-… el pertinente Rock de carretera
de Fletcher C. Johnson, el Big Band
de Peter Oprisko -insigne copycat de Frank
Sinatra-, el íntegro rock de Creedence
Clearwater Revival, el blues de
Albert King y el indie de Houndmouth…En
fin, canciones, acciones y personajes se acoplan con rebosante notoriedad y
tino.
Los
responsables
Robert Kirkman conoce bien a su generación y a las
anteriores. Con menos de 40 años ya lleva a cuestas el éxito en solitario de
historias como The Walking Dead, Ultimate
X-Men o Marvel Zombies; y junto a
Todd McFarlane, apuntaló el éxito de Haunt
–esa historia de espionaje y de terror, que gira en torno a un par de hermanos,
algo distanciados, que aprenden a trabajar en equipo, justamente cuando uno de
ellos muere- Como todos sabemos, ningún Comic
se dibuja solo, cada trazo es logrado con precisión por Paul Azaceta. Volviendo
a la serie, y a sus próximos capítulos, veremos si llega a explorar esa visual climática
-original del formato historieta- combinatoria de grises y púrpuras, así como,
esa extraña atmosfera interior de bares, hoteles y cuartos, donde se combate al
maligno con mucha oración, y no pocos puñetazos.
Seguir el camino de un héroe atormentado, y el de un
religioso -en el borde de todos los pecados- no puede resultar sino
entretenido. Agreguémosle a esto, traumas en los vivos y personajes secundarios
tan detestables, como el mismo tormento sobrenatural. No tema probar un poco de
Outcast, que no le hará daño ni a su
gusto ni a sus discusiones de sobremesa.
Tracklist mínimo
Conway
Twitty:
The games that daddies play
The
Cure:
A short term effect
Banners: Shine a light
Tove
Styrke:
Number One
Angela
Lee Sloan:
Déjà vu
Bad
Company:
Heartbeat
Fletcher
C. Johnson:
Send me your love
Sturgil Simpson: Life
of Sin
Creedence Clearwater Revival: Walk
on the water
Albert King: Drivin’
Wheel
Houndmouth: Gasoline
@ortegabrothers
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