Cine para 2
Argentina y Venezuela
obediencia militar y política.
Joaquín Ortega
El lenguaje del cine es
el de las emociones. No importa el idioma si los actores y la puesta en escena
nos convencen de que algo real está sucediendo. Si le pasa a los protagonistas
podría pasarnos a nosotros ¿Cierto? Hoy revisaremos dos dramas cruzados por la
obediencia y la autocrítica. Seguir órdenes o impartirlas nunca estarán en el
mismo rango de valoraciones, aún cuando muchos crean que ejercer la libertad -o
el liderazgo- es cosa fácil. Hoy en cine para dos revisaremos Kóblic del
argentino Sebastián Borensztéin y La planta insolente del venezolano Román
Chalbaud.
Kóblic (Sebastián
Borensztéin, 2016) basa su tensión dramática en los conflictos de
personalidad y de interacción social de un militar retirado, perseguido por sus
propios demonios de guerra. Habiéndose encargado de algunas desapariciones
forzadas durante la dictadura –específicamente del lanzamiento desde el aire de
guerrilleros y militantes comunistas- el capitán, interpretado por Ricardo
Darín- planea vivir en el bajo perfil, desmarcado de acciones violentas,
recluido en su cotidianidad y recuerdos. Todo esto cambiará de un momento a
otro, cuando un oficial de policía cruel e injusto (Oscar Martínez) insista en
alterar el frágil equilibrio del refugio de nuestro antihéroe. Como es de
esperarse, la película unificará algunas reglas del género Western en donde un desconocido con pasado funesto -y capacidades
inesperadas para la defensa y el ataque- sale en ayuda de una comunidad dócil y
sometida. También se establecen diálogos a lo Film Noir y en especial, ciertas licencias históricas para darle
una suerte de final digno y digerible a muchos de los veteranos de esa ofensiva
política de los años 70, simple excusa en la vida real, para consolidar una
larga dictadura militar. La narrativa visual de la historia juega con grandes
planos y momentos intimistas, conjugando tonos sensibles sin llegar a ser un
ejercicio de duelos sombríos. Si bien el
propio género bebe constantemente de la obra de John Huston, John Ford, Sam
Peckinpah o los más recientes ejercicios de Clint Eastwood –Unforgiven-, los hermanos Cohen –No Country For The Old Men- o David
McKenzie –High Hell Or High Water- ésta cinta encuentra un punto medio entre
homenaje y particularidad. Protagonizan
Ricardo Darín, Oscar Martínez e Inma Cuesta. Cabe destacar la pertinente
escolta musical de Federico Jusid, recordado por ser el compositor de la
hermosísima banda sonora de El Secreto de sus ojos (Juan José Campanella,
2009). Oscar Martínez obtuvo el premio al mejor actor de reparto en el festival
de cine de Málaga, al igual que Rodrigo Pulpeiro se llevaría el primer premio
en el mismo festival por su trabajo en el área de fotografía. Puntuación 3
sobre 5.
La planta insolente
(Román Chalbaud, 2017)
Cuando algo no va a salir bien, nada mejor que sea desde el
principio. Ésta cinta toma como excusa política para el presente, un evento
histórico disfrazado de nacionalismo, cuando la mayoría de sus causas no fueron
más que una sucesión de corruptelas y excesos administrativos. Roberto Moll es
Cipriano Castro, un presidente venezolano -con marcado acento peruano- cuya
interpretación señala, a su vez, un deje melodramático más cercano a la
telenovela que al cine. Si se contrastan sus valores narrativos y estéticos
poniéndola al frente de El Cabito
(Daniel Oropeza, 1978), queda en franca desventaja, a pesar de los ingentes
recursos técnicos actuales; ya que la obra de los años setenta, sin contar con escenas
de batallas grandilocuentes en tierra o enfrentamientos navales -con efectos
especiales de tráiler a lo juego de video- pone en evidencia que la
verosimilitud cinematográfica se logra con algo distinto a la postproducción o
a la publicidad. Existen actuaciones desaprovechadas como las de Antonio Cuevas
–luchando contra la caída de un maquillaje que traspasa cada línea,
vigorosamente interpretada- y otras
inexistentes, por decir lo mínimo, como es el caso de un Gómez, anodino, casi
en clave de performance escolar- La mezcla final de la cinta abusa del volumen
musical, inconsecuencias argumentales, errores de continuidad y baches de trama
que atentan contra la coherencia interna de acciones y personajes. Puntuación: 1
sobre 5
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@ortegabrothers
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