Monday, October 12, 2015

Temer a la locura. Una conversación con el psiquiatra Fernando Jiménez


Temer a la locura. Una conversación con el psiquiatra Fernando Jiménez
Joaquín Ortega



JO: Eres psiquiatra, profesor universitario, residente y analista en instituciones públicas y privadas…Hablemos de varios asuntos asociados a la salud de mental en Venezuela... ¿Se podría decir que existe una psiquiatría “a la venezolana”?…¿tenemos un estilo de tratamiento o de acercamiento a los problemas relacionados con el aparato anímico?

FJ: En Venezuela, cualquier cosa tiene el signo distintivo del que ha tenido que aprender a hacer las cosas aquí.  Por lo tanto, la psiquiatría es hecha en casa, como una respuesta adaptativa al desastre que por sistema de salud tenemos. En sí, tratamos a los enfermos, no a las enfermedades, puesto que, esas enfermedades tienen, también, unas causas muy particulares que se asocian a la realidad actual.

JO: Repasemos las cifras sobre salud mental en el país… ¿han variado, se han mantenido?... ¿Cuáles son las estadísticas que manejas?… ¿Son fiables?...  

FJ: Sería un sinsentido responder estas preguntas, excusándome en que no hay cifras a causa del desastre en la planificación y ejecución de las políticas públicas. Las cifras existen,  están  en cada uno de los centros asistenciales; más en el caso de la salud mental, lo que resulta  increíble, es el abandono, al que está sometido el paciente psiquiátrico, por parte del Estado venezolano… sea cual sea su padecimiento… y no sólo, en esta etapa reciente. Esto viene aconteciendo, desde hace, al menos, 25 años. Ahora, entrando en contexto, te desglosaría 5 elementos. Primero, la salud mental como término, sencillamente no figura ni en la Memoria y Cuenta del año 2013, ni en el Plan Nacional de Salud 2013-2019 ni en la Ley de Presupuesto Nacional del año en curso…ésta, se supone que es de 2014. Segundo, de acuerdo a  la Red de Sociedades Científicas Médicas de Venezuela -de febrero de 2010- la vigilancia epidemiológica en enfermedades mentales en Venezuela se realizó y publicó hasta 1993. Tercero, la Ley de Protección y Atención Integral a las personas con Trastornos Mentales se encuentra, sin debatirse en la AN desde el 2007. Cuarto, el gasto del gobierno, en el área, equivale al 5 % del total del presupuesto de salud del país. A la salud mental, debían corresponderle 2,07 millardos de bolívares del presupuesto del 2014. Existen 11 hospitales psiquiátricos y 78 centros de atención ambulatoria en psiquiatría: cada institución debe contar con 23,2 millones de bolívares para todo el año. Quinto, hoy en día los presupuestos para los hospitales psiquiátricos se han visto reducidos;  y, en los últimos 2 años, de manera dramática.

JO: ¿Por cuáles razones asiste más gente al consultorio…cuáles son los casos más urgentes?

FJ: En cuanto a los motivos de consulta,  la psiquiatría tiene la particularidad, que con respecto a las emergencias son relativamente pocas: pueden ser pacientes agitados  debido a consumo -o no- de sustancias psicoactivas, pacientes suicidas… y algunos trastornos de ansiedad graves como por ejemplo, las crisis de pánico.

JO: ¿Existe algún informe que desglose o distinga el número de medicados, de los que se auto medican, por ejemplo?

FJ: Sí, el Informe sobre el sistema de Salud Mental OMS-IESM, 2013. El encabezado señala que los usuarios atendidos en establecimientos ambulatorios son diagnosticados con trastornos mentales y de conducta por: uso de sustancias psicoactivas 7%, esquizofrenia 7%, trastornos del ánimo y neuróticos 2%, trastornos de personalidad y conducta de adultos 9%, otros trastornos 75 %, - estos tienen que ver con daño orgánico cerebral-, en este tópico se incluye el trastorno de la evolución psicológica. Sin embargo, te comento que esto puede estar modificado, ya que en nuestro país  no existe un parámetro educativo y socio cultural de cómo, cuándo o dónde reconocer la necesidad de la atención, no sólo médica, sino psiquiátrica…resultando, en la práctica, una especie de subregistro enorme de consultas, que no son ni emergencias, y mucho menos, son emergencias psiquiátricas.

JO: Así, que prácticamente, tenemos a un grupo de personas con requerimientos específicos, dentro de un sistema de salud, pleno de zonas grises de atención: las emergencias psiquiátricas…

FJ: Las emergencias de los hospitales psiquiátricos -o de los servicios de psiquiatría- son visitados por pacientes, en franca descompensación psicótica -alteraciones psiquiátricas con sustratos orgánicos, esquizofrenia y bipolaridad entre 15 y 30%, trastornos del estado de ánimo como la depresión se ubican entre el 30 y el 50%, cifra compartida con los trastornos de ansiedad, consumo de sustancias -incluidos aquellos pacientes que indiscriminadamente consumen algunos tratamientos, asociados a las benzodiacepinas, esto es un 20%-…También, tenemos en trastornos de personalidad un 5%- Sin embargo, estas cifras van a cambiar un poco, “puertas adentro” de los hospitales, donde un sinnúmero de interconsultas se solicitan, en la mayoría de los casos, por respuestas normales al estrés…éstas, pueden alcanzar incluso hasta el 50 o 60% del total…  acompañadas de los cuadros de alteraciones psiquiátricas -debidas a enfermedades médicas- que pueden ser entre 30 y 40%.

JO: ¿Cómo podemos entender a esta psiquiatría, conocida como “de enlace”?

FJ: la “psiquiatría de enlace” que es la que se hace dentro de los hospitales… es, por definición, distinta y, por ende, las estadísticas están influidas, de manera importante por el impacto de la enfermedad médica.

JO: ¿Las estadísticas nos llevan a ver más o menos casos actualmente?

FJ: Con respecto a este tema de sí se han mantenido las estadísticas, indudablemente que en el caso de Venezuela, es un asunto único, no sólo por la realidad sociocultural,  sino por la realidad política que atravesamos. Estos números, han ido en franco aumento en los últimos 20 años. Fíjate que sólo con éste particular, podríamos hacer una entrevista entera, y es que la falta de políticas sanitarias  efectivas, la disminución del presupuesto destinado a la salud y por ende a las salud mental, asociado a la situación ambiental -escasez de medicamentos y de recursos sanitarios- se conjuran para alimentar un problema de dimensiones, al menos hasta hoy, imposibles de definir. En el caso de las enfermedades mentales, se evidencian síntomas a corto, mediano y largo plazo. Hoy día, sólo vemos los efectos del corto plazo.

JO: ¿Los seres humanos hemos sido siempre iguales, en términos de padecimientos…nos desequilibran las mismas cosas?

FJ: Hablar de sí hemos sido siempre iguales no sé si sea lo más correcto. Creo que el hombre va evolucionando -o involucionando- en cuanto a los mecanismos de afrontamiento psíquico, de acuerdo a la realidad y a los problemas que se le plantean. En Venezuela, la involución -o la no evolución- ha sido notoria en los últimos 30 años.

JO: ¿Quiénes son más proclives a sufrir una enfermedad mental? Aunque suene determinista, ¿existen algunos grupos, edades, clases o razas, con algún tipo de inclinación al desequilibrio emocional?

FJ: La enfermedad mental afecta a todos por igual; quizás, en cuanto a su curso, sea menos deteriorante en mujeres, que en hombres. También,  de acuerdo a la edad de aparición va a ser mayor  el deterioro, mientras más temprano se presente, más daño va a hacer. Por otro lado, clasificar la enfermedad mental de acuerdo al estrato social, es como más complicado, pues lo que podemos diferenciar -más que la enfermedad en sí-  es el tipo de ambiente,  al que está expuesto el paciente, que favorece o desfavorece su progresividad, dependiendo el caso.

JO: ¿Cuáles son los trastornos más comunes en el país?

FJ: Sin duda, la esquizofrenia paranoide… los trastornos del estado de ánimo -bipolaridad y trastornos depresivos-… los trastornos asociados a la disfunción orgánica cerebral…los trastornos por consumo de sustancias... los trastornos de personalidad. En Venezuela, la personalidad disocial  ha tenido un repunte, así como,  los deterioros cognitivos entre otros.

JO: ¿Cuáles pueden ser  sus tratamientos?

FJ: psicofármacos y mucha psicoterapia. Como dice la monserga popular: “está mal quien va al psicólogo,  pero quien va al psiquiatra esta mucho peor”.  La psicoterapia asociada -o no- a fármacos, es un tratamiento para todo el mundo.

JO: ¿Sí Venezuela fuese un ser humano, cómo se le podría diagnosticar?

FJ: Como un gran trastorno mixto de la personalidad.

JO: ¿la receta…la cura…el tratamiento?

FJ: no hay remedio…vivimos en una sociedad inmadura… ¿recuerdas a los chamos, en esa etapa freudiana, de “más allá del principio de placer”, bueno, así estamos, lo que queremos como sociedad viene el gobierno de turno… o el Estado lo da, los satisface…y si no lo obtengo por medio del Estado o del gobierno, entonces, viene el arrebatón…

JO: ¿cómo hacer en Venezuela, cuando los medicamentos escasean?

FJ: Esta es una terrible realidad. Por un lado, se recurre a medicamentos equivalentes,  que de alguna manera se han dejado de usar -por la aparición de medicamentos más modernos,  con perfiles de efectos secundarios mucho menores y con probada eficacia y neuroprotección- el problema es, realmente dramático, cuando estos últimos también han desaparecido.

JO: ¿cuáles son los retos que enfrenta la psiquiatría en Venezuela -y en el mundo- como profesión, en estos tiempos globalizados y de convivencia, incluso con terapias alternativas o anti psiquiátricas -como la escuela de Thomas Szasz- … o las escuelas negacionistas del método científico?

FJ: La psiquiatría es una disciplina, que en sí misma es muy compleja: se aleja de la medicina… o es alejada de la medicina, por  otras especialidades médicas. En este particular, el profesional de la disciplina, se encuentra con una cantidad de situaciones, que de analizarlas por separado sería no solo engorroso, sino muy largo de explicar. Sin embargo, creo que el mundo le teme más a la enfermedad mental y por ende a la psiquiatría, de lo que en realidad deberían. Es como un pavor generalizado. De allí, que todas estas pseudocorrientes, que más que obviar la psique y la conducta,  pretenden reescribir la historia, ignorando algo tan supremamente complejo como lo es la mente.


JO: Estas enfermedades nuevas, entre comillas, como síndrome de déficit de atención, las ansiedades, el estés post traumático... los ataques de pánico… ¿son reales, o simplemente son producto de un enfoque, poco realista de la vida real?

FJ: Esta pregunta que haces es un poco tendenciosa. Sobre el TDH hay una enorme nube negra, pues es un diagnóstico, que lo hace hasta la auxiliar de preescolar y… esto genera una digresión enorme. Sin embargo, la ansiedad es otro tema, y en Venezuela, a diario, nos compramos todos los tickets para sacarnos el número ganador. Más allá de nuestras fronteras, no deja de ser un gran problema, sin embargo siempre habrá una dosis de enfoque poco realista, de la vida real,  en algunos casos.


JO: ¿A cuáles autores visitas en clave académica… y en clave clínica?

FJ: Siempre se regresa a los clásicos, a la fenomenología, se recurren a los manuales de diagnóstico, aunque, hoy en día el manual de diagnóstico de la APA  (DSM – V) se ha convertido más en un problema de asuntos económicos, junto a la industria farmacéutica, que en una verdadera guía diagnostica. Por supuesto, se recurre a Freud, a Jung, a Klein, a Bion, y localmente, a Fernando Rísquez, a Eloy Silvio Pomenta, a Francisco Herrera Luque por nombrar a algunos.


JO: ¿Crees que la literatura, el cine o la TV ofrecen alguna tipo de relación sanadora...o al menos que genere preguntas acerca del estado en que manejamos nuestras emociones y salud mental?… ¿Existe alguna serie que debamos ver… algún libro que nos recomiendes?


FJ: Por sí solo, lo cultural no se basta. Sin embargo, el cine, la literatura, el arte en general… asociados a la psicoterapia, brindan un enorme espacio de comprensión de la realidad. Eso, previo a esto, se necesita mucha y muy buena educación, algo que no tenemos hoy.  Eso sí, te recomiendo  toda ésta movida, en torno a los superhéroes de DC  o de Marvel…  es interesante el planteamiento que se hace del estereotipo -o el arquetipo- del superhéroe… o del semidiós, según sea el caso.

JO: ¿Qué nos recomiendas escuchar o leer?


FJ: Recomiendo escuchar a Bach, a Beethoven, a Mozart, a Brahms, a Mahler. Hay que leer a Zola, a Balzac, a Gogol, a Murakami, a Auster, a Márai.


JO: ¿Cuál crees que es el principal reto que enfrenta el país en términos de lidiar con el entorno actual…cómo enfrentar la realidad…algún consejo?

FJ: hoy en día, nos encontramos, ante una situación en la que estamos obligados a sobrevivir. Yo creo, que el mayor reto en términos de la pregunta,  sería no sucumbir ante la psicopatía. Un consejo: tratar de alejarnos de la patología, y digo tratar, porque es cada vez más difícil alejarnos de ella. Igualmente, hay que seguir intentando buscar las cosas positivas,  ver las cosas en contextos más realistas, y menos llevados por el sensacionalismo de los medios de comunicación o las redes sociales, que como herramientas son excepcionales, pero también pueden llegar a ser muy dañinos.

JO: ¿Tu profesión… divierte, agota…?  

FJ: En mi caso mi profesión me entretiene. Es más una  diversión, que un trabajo. Por lo que puedo decirte, que mi profesión es muy divertida, aclarando que nada de divertido tiene el sufrimiento humano, es diversión, en términos de hacer algo, para lo que uno está hecho.

JO: ¿qué les recomendarías a las personas que viven en Venezuela en estos días?

FJ: Que se acerquen a los aspectos más sanos de sí mismos… que se acerquen a los aspectos más sanos de esta realidad… que nos eduquemos mejor y creamos menos en falsos mesías… que aprendamos a ser objetivos sin ser puristas. Que la realidad no se descubre en Twitter y tampoco en la televisión.


JO: ¿cuál crees que será el principal enemigo de la salud mental de los hombres y mujeres en la próxima década?

FJ: Serán esos mismos hombres y mujeres…tú y yo…uno mismo. Por eso, hay que ir a psicoterapia, y  no por estar… o sentirse enfermo… o pensar que algo no anda bien,  si no para conocerse más.

Fernando Jiménez (Barquisimeto, 1975) Ha sido adjunto del servicio de psiquiatría de enlace adscrito al Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Caracas, colaborador docente de la Facultad de Medicina Luis Razetti –UCV- en las asignaturas Psiquiatría III y IV. Colaborador docente del Postgrado de Psiquiatría y Clínica Mental del Hospital Universitario de Caracas en la Asignatura Psicofarmacología II y actividades prácticas de Psiquiatría de Enlace desde Enero del 2011 hasta la fecha.



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