Temer a la locura. Una conversación con
el psiquiatra Fernando Jiménez
Joaquín Ortega
JO: Eres
psiquiatra, profesor universitario, residente y analista en instituciones
públicas y privadas…Hablemos de varios asuntos asociados a la salud de mental
en Venezuela... ¿Se podría decir que existe una psiquiatría “a la venezolana”?…¿tenemos
un estilo de tratamiento o de acercamiento a los problemas relacionados con el
aparato anímico?
FJ: En Venezuela, cualquier cosa tiene
el signo distintivo del que ha tenido que aprender a hacer las cosas aquí.
Por lo tanto, la psiquiatría es hecha en casa, como una respuesta
adaptativa al desastre que por sistema de salud tenemos. En sí, tratamos a los
enfermos, no a las enfermedades, puesto que, esas enfermedades tienen, también,
unas causas muy particulares que se asocian a la realidad actual.
JO: Repasemos las cifras sobre salud mental en el país… ¿han variado, se han mantenido?... ¿Cuáles son las estadísticas que manejas?… ¿Son fiables?...
FJ: Sería un sinsentido responder estas
preguntas, excusándome en que no hay cifras a causa del desastre en la
planificación y ejecución de las políticas públicas. Las cifras
existen, están en cada uno de los centros asistenciales;
más en el caso de la salud mental, lo que resulta increíble, es el abandono, al que está
sometido el paciente psiquiátrico, por parte del Estado venezolano… sea cual
sea su padecimiento… y no sólo, en esta etapa reciente. Esto viene aconteciendo,
desde hace, al menos, 25 años. Ahora, entrando en contexto, te desglosaría 5
elementos. Primero, la salud mental como término, sencillamente no figura ni en la
Memoria y Cuenta del año 2013, ni en el Plan Nacional de Salud 2013-2019 ni en
la Ley de Presupuesto Nacional del año en curso…ésta, se supone que es de 2014.
Segundo, de acuerdo a la Red de Sociedades Científicas Médicas de
Venezuela -de febrero de 2010- la vigilancia epidemiológica en enfermedades
mentales en Venezuela se realizó y publicó hasta 1993. Tercero, la Ley de
Protección y Atención Integral a las personas con Trastornos Mentales se
encuentra, sin debatirse en la AN desde el 2007. Cuarto, el gasto del gobierno,
en el área, equivale al 5 % del total del presupuesto de salud del país. A la
salud mental, debían corresponderle 2,07 millardos de bolívares del presupuesto
del 2014. Existen 11 hospitales psiquiátricos y 78 centros de atención
ambulatoria en psiquiatría: cada institución debe contar con 23,2 millones de
bolívares para todo el año. Quinto, hoy en día los presupuestos para los
hospitales psiquiátricos se han visto reducidos; y, en los últimos 2
años, de manera dramática.
JO: ¿Por cuáles
razones asiste más gente al consultorio…cuáles son los casos más urgentes?
FJ: En cuanto a
los motivos de consulta, la psiquiatría tiene la particularidad, que
con respecto a las emergencias son relativamente pocas: pueden ser pacientes
agitados debido a consumo -o no- de sustancias psicoactivas,
pacientes suicidas… y algunos trastornos de ansiedad graves como por ejemplo,
las crisis de pánico.
JO: ¿Existe algún informe que desglose o distinga el número de
medicados, de los que se auto medican, por ejemplo?
FJ: Sí, el Informe sobre el sistema de Salud Mental OMS-IESM, 2013. El
encabezado señala que los usuarios atendidos en establecimientos ambulatorios
son diagnosticados con trastornos mentales y de conducta por: uso de sustancias
psicoactivas 7%, esquizofrenia 7%, trastornos del ánimo y neuróticos 2%, trastornos
de personalidad y conducta de adultos 9%, otros trastornos 75 %, - estos tienen
que ver con daño orgánico cerebral-, en este tópico se incluye el trastorno de
la evolución psicológica. Sin embargo, te comento que esto puede estar
modificado, ya que en nuestro país no existe un parámetro educativo
y socio cultural de cómo, cuándo o dónde reconocer la necesidad de la atención,
no sólo médica, sino psiquiátrica…resultando, en la práctica, una especie de
subregistro enorme de consultas, que no son ni emergencias, y mucho menos, son
emergencias psiquiátricas.
JO: Así, que
prácticamente, tenemos a un grupo de personas con requerimientos específicos,
dentro de un sistema de salud, pleno de zonas grises de atención: las
emergencias psiquiátricas…
FJ: Las
emergencias de los hospitales psiquiátricos -o de los servicios de psiquiatría-
son visitados por pacientes, en franca descompensación psicótica -alteraciones
psiquiátricas con sustratos orgánicos, esquizofrenia y bipolaridad entre 15 y
30%, trastornos del estado de ánimo como la depresión se ubican entre el 30 y
el 50%, cifra compartida con los trastornos de ansiedad, consumo de sustancias -incluidos
aquellos pacientes que indiscriminadamente consumen algunos tratamientos,
asociados a las benzodiacepinas, esto es un 20%-…También, tenemos en trastornos
de personalidad un 5%- Sin embargo, estas cifras van a cambiar un poco,
“puertas adentro” de los hospitales, donde un sinnúmero de interconsultas se
solicitan, en la mayoría de los casos, por respuestas normales al estrés…éstas,
pueden alcanzar incluso hasta el 50 o 60% del total… acompañadas de
los cuadros de alteraciones psiquiátricas -debidas a enfermedades médicas- que
pueden ser entre 30 y 40%.
JO: ¿Cómo
podemos entender a esta psiquiatría, conocida como “de enlace”?
FJ: la “psiquiatría
de enlace” que es la que se hace dentro de los hospitales… es, por definición,
distinta y, por ende, las estadísticas están influidas, de manera importante
por el impacto de la enfermedad médica.
JO: ¿Las
estadísticas nos llevan a ver más o menos casos actualmente?
FJ: Con
respecto a este tema de sí se han mantenido las estadísticas, indudablemente
que en el caso de Venezuela, es un asunto único, no sólo por la realidad
sociocultural, sino por la realidad política que atravesamos. Estos
números, han ido en franco aumento en los últimos 20 años. Fíjate que sólo con
éste particular, podríamos hacer una entrevista entera, y es que la falta de
políticas sanitarias efectivas, la disminución del presupuesto
destinado a la salud y por ende a las salud mental, asociado a la situación
ambiental -escasez de medicamentos y de recursos sanitarios- se conjuran para
alimentar un problema de dimensiones, al menos hasta hoy, imposibles de
definir. En el caso de las enfermedades mentales, se evidencian síntomas a
corto, mediano y largo plazo. Hoy día, sólo vemos los efectos del corto plazo.
JO: ¿Los seres
humanos hemos sido siempre iguales, en términos de padecimientos…nos desequilibran
las mismas cosas?
FJ: Hablar de
sí hemos sido siempre iguales no sé si sea lo más correcto. Creo que el hombre
va evolucionando -o involucionando- en cuanto a los mecanismos de afrontamiento
psíquico, de acuerdo a la realidad y a los problemas que se le plantean. En
Venezuela, la involución -o la no evolución- ha sido notoria en los últimos 30
años.
JO: ¿Quiénes
son más proclives a sufrir una enfermedad mental? Aunque suene determinista,
¿existen algunos grupos, edades, clases o razas, con algún tipo de inclinación al
desequilibrio emocional?
FJ: La
enfermedad mental afecta a todos por igual; quizás, en cuanto a su curso, sea
menos deteriorante en mujeres, que en hombres. También, de acuerdo a la edad de aparición va a ser
mayor el deterioro, mientras más temprano se presente, más daño va a
hacer. Por otro lado, clasificar la enfermedad mental de acuerdo al estrato
social, es como más complicado, pues lo que podemos diferenciar -más que la
enfermedad en sí- es el tipo de ambiente, al que está
expuesto el paciente, que favorece o desfavorece su progresividad, dependiendo
el caso.
JO: ¿Cuáles
son los trastornos más comunes en el país?
FJ: Sin duda, la
esquizofrenia paranoide… los trastornos del estado de ánimo -bipolaridad y
trastornos depresivos-… los trastornos asociados a la disfunción orgánica
cerebral…los trastornos por consumo de sustancias... los trastornos de
personalidad. En Venezuela, la personalidad disocial ha tenido un
repunte, así como, los deterioros
cognitivos entre otros.
JO: ¿Cuáles pueden
ser sus tratamientos?
FJ: psicofármacos y mucha psicoterapia.
Como dice la monserga popular: “está mal quien va al psicólogo, pero
quien va al psiquiatra esta mucho peor”. La psicoterapia asociada -o
no- a fármacos, es un tratamiento para todo el mundo.
JO: ¿Sí Venezuela fuese un ser humano, cómo se le podría diagnosticar?
FJ: Como un gran trastorno mixto de la
personalidad.
JO: ¿la receta…la cura…el tratamiento?
FJ: no hay remedio…vivimos en una sociedad
inmadura… ¿recuerdas a los chamos, en esa etapa freudiana, de “más allá del
principio de placer”, bueno, así estamos, lo que queremos como sociedad viene
el gobierno de turno… o el Estado lo da, los satisface…y si no lo obtengo por
medio del Estado o del gobierno, entonces, viene el arrebatón…
JO: ¿cómo hacer en Venezuela, cuando los medicamentos escasean?
FJ: Esta es una terrible realidad. Por
un lado, se recurre a medicamentos equivalentes, que de alguna
manera se han dejado de usar -por la aparición de medicamentos más modernos, con
perfiles de efectos secundarios mucho menores y con probada eficacia y neuroprotección-
el problema es, realmente dramático, cuando estos últimos también han
desaparecido.
JO: ¿cuáles son los retos que enfrenta la psiquiatría en Venezuela -y en el mundo- como profesión, en estos tiempos globalizados y de convivencia, incluso con terapias alternativas o anti psiquiátricas -como la escuela de Thomas Szasz- … o las escuelas negacionistas del método científico?
FJ: La psiquiatría es una disciplina,
que en sí misma es muy compleja: se aleja de la medicina… o es alejada de la
medicina, por otras especialidades
médicas. En este particular, el profesional de la disciplina, se encuentra con
una cantidad de situaciones, que de analizarlas por separado sería no solo
engorroso, sino muy largo de explicar. Sin embargo, creo que el mundo le teme
más a la enfermedad mental y por ende a la psiquiatría, de lo que en realidad
deberían. Es como un pavor generalizado. De allí, que todas estas
pseudocorrientes, que más que obviar la psique y la
conducta, pretenden reescribir la historia, ignorando algo tan
supremamente complejo como lo es la mente.
JO: Estas
enfermedades nuevas, entre comillas, como síndrome de déficit de atención, las
ansiedades, el estés post traumático... los ataques de pánico… ¿son reales, o
simplemente son producto de un enfoque, poco realista de la vida real?
FJ: Esta pregunta que haces es un poco
tendenciosa. Sobre el TDH hay una enorme nube negra, pues es un diagnóstico,
que lo hace hasta la auxiliar de preescolar y… esto genera una digresión
enorme. Sin embargo, la ansiedad es otro tema, y en Venezuela, a diario, nos
compramos todos los tickets para sacarnos el número ganador. Más allá de
nuestras fronteras, no deja de ser un gran problema, sin embargo siempre habrá
una dosis de enfoque poco realista, de la vida real, en algunos
casos.
JO: ¿A cuáles autores visitas en clave académica… y en clave clínica?
FJ: Siempre se regresa a los clásicos,
a la fenomenología, se recurren a los manuales de diagnóstico, aunque, hoy en
día el manual de diagnóstico de la APA (DSM – V) se ha convertido
más en un problema de asuntos económicos, junto a la industria farmacéutica,
que en una verdadera guía diagnostica. Por supuesto, se recurre a Freud, a Jung,
a Klein, a Bion, y localmente, a Fernando Rísquez, a Eloy Silvio Pomenta, a
Francisco Herrera Luque por nombrar a algunos.
JO: ¿Crees que la literatura, el cine o la TV ofrecen alguna tipo de relación sanadora...o al menos que genere preguntas acerca del estado en que manejamos nuestras emociones y salud mental?… ¿Existe alguna serie que debamos ver… algún libro que nos recomiendes?
FJ: Por sí solo, lo cultural no se
basta. Sin embargo, el cine, la literatura, el arte en general… asociados a la
psicoterapia, brindan un enorme espacio de comprensión de la realidad. Eso, previo
a esto, se necesita mucha y muy buena educación, algo que no tenemos hoy.
Eso sí, te recomiendo toda ésta movida, en torno a los superhéroes de DC o de Marvel… es interesante el planteamiento que se hace del
estereotipo -o el arquetipo- del superhéroe… o del semidiós, según sea el caso.
JO: ¿Qué nos recomiendas escuchar o
leer?
FJ: Recomiendo escuchar a Bach, a Beethoven,
a Mozart, a Brahms, a Mahler. Hay que leer a Zola, a Balzac, a Gogol, a
Murakami, a Auster, a Márai.
JO: ¿Cuál crees que es el principal reto que enfrenta el país en términos de lidiar con el entorno actual…cómo enfrentar la realidad…algún consejo?
FJ: hoy en día, nos encontramos, ante
una situación en la que estamos obligados a sobrevivir. Yo creo, que el mayor
reto en términos de la pregunta, sería no sucumbir ante la
psicopatía. Un consejo: tratar de alejarnos de la patología, y digo tratar,
porque es cada vez más difícil alejarnos de ella. Igualmente, hay que seguir
intentando buscar las cosas positivas, ver
las cosas en contextos más realistas, y menos llevados por el sensacionalismo
de los medios de comunicación o las redes sociales, que como herramientas son
excepcionales, pero también pueden llegar a ser muy dañinos.
JO: ¿Tu profesión… divierte, agota…?
FJ: En mi caso mi profesión me
entretiene. Es más una diversión, que un trabajo. Por lo que puedo
decirte, que mi profesión es muy divertida, aclarando que nada de divertido
tiene el sufrimiento humano, es diversión, en términos de hacer algo, para
lo que uno está hecho.
JO: ¿qué les recomendarías a las personas que viven en Venezuela en estos días?
JO: ¿qué les recomendarías a las personas que viven en Venezuela en estos días?
FJ: Que se acerquen a los aspectos más
sanos de sí mismos… que se acerquen a los aspectos más sanos de esta realidad…
que nos eduquemos mejor y creamos menos en falsos mesías… que aprendamos a ser
objetivos sin ser puristas. Que la realidad no se descubre en Twitter y tampoco en la televisión.
JO: ¿cuál crees que será el principal enemigo de la salud mental de los hombres y mujeres en la próxima década?
FJ: Serán esos mismos hombres y
mujeres…tú y yo…uno mismo. Por eso, hay que ir a psicoterapia, y no
por estar… o sentirse enfermo… o pensar que algo no anda bien, si no
para conocerse más.
Fernando
Jiménez (Barquisimeto, 1975) Ha sido adjunto del servicio de psiquiatría de enlace
adscrito al Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario de Caracas, colaborador
docente de la Facultad de Medicina Luis Razetti –UCV- en las asignaturas
Psiquiatría III y IV. Colaborador docente del Postgrado de Psiquiatría y
Clínica Mental del Hospital Universitario de Caracas en la Asignatura
Psicofarmacología II y actividades prácticas de Psiquiatría de Enlace desde
Enero del 2011 hasta la fecha.
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