Erase
una vez la cola
Lunes
En 1828 en la cola del barco Macedonia José de San
Martín recibe un demo de José Luis Rodríguez, el Puma, cantando un éxito
bailable inspirado en el apellido del prócer.
En una cola de 1974 en pleno festival del Callao, un mudo
empieza a cantar “ayayay Cecilia” y se registra el primer milagro moderno, en
un día de carnaval.
En una cola de 1614 un grupo de hombres se inscriben
en una rifa para ganarse un viaje a El Dorado. Lo único dorado que se ganaron
fue un filete de dorado en una playa escondida.
En una cola de ayer un estudiante de letras con
ímpetus existencialistas se pierde entre el boulevard de la nada y la angustia.
Martes
En una cola de 2004 Bill Clinton sueña con que lo
destronan como montacachos profesional. Ese mismo día, a más de tres mil
kilómetros de distancia, Tiger Woods piensa “nadie nunca se enterará de esta
travesura”
En una cola de 1995 un ingenuo, muy, muy ingenuo cree
que en el año 98 las cosas cambiarán en Venezuela para mejor.
En una cola de 1922 dos niños comienzan a jugar con
los colores que tenía y dibujan un palo con círculos rojos, verdes y amarillos.
Sin saberlo inventan el semáforo
En una cola de ahorita, dos vendedores de dividís
quemados se dan cuenta que la piratería es un estilo de vida y deciden
comprarse un loro de mascota.
Miércoles
En una cola de 1901 la elefanta del partido demócrata
se encuentra en una convención con el burro del partido republicano, y un
tiempo después nace un tercer partido con una mascotica conocida como el “donkeyfante”
En una cola de 1806 el coronel de la independencia
Manuel de Echeandía se casa y debe posar,
para un cuadro, como con cuarenta
familiares, amigos y coleados.
En una cola de 1963 un tucusito se paró sobre un cable
eléctrico, lo picó con fuerza y terminó convertido en un tordito.
En una cola de 1915 un pitoniso supo que al año
siguiente fundarían el banco de Maracaibo y armó su propio cochinito lleno de
moneditas de icotea, es decir, de iguana.
Jueves
En una cola de 1897, cuando el café representaba el
83% de las exportaciones venezolanas nadie nunca pensó en manquesea hacer una
tacita de peltre que dijera: “yo amo al café venezolano”.
En una cola de 1718, al menos 8 naves inglesas
entraron y salieron por el puerto de La Guaira. Todo indica que el salpullido
de ese país se instaló entre la población canina de Maiquetía desde entonces.
En una cola de 1545,
la frase “¡ah mundo, El Tocuyo!” se acuñó como expresión jocosa, frente
al “ah orbe, Borburata” de sus vecinos
más pudientes.
En una cola de hace media hora, un mal ciudadano botó
un basura por la ventana y cinco segundos después, un buen ciudadano botó a esa
cochino por la ventana.
Viernes
En una cola de 1864 un señor de apellido Eastwick
estuvo en Venezuela y jamás se imaginó que su nombre sólo traería recuerdos
hollywoodenses en el futuro.
En una cola de 1947 José Clemente Laya escribe la
partitura de la suite avileña. 54 años después, la suite avileña si se habrá
tocado 10 veces en público, es mucho.
En una cola de 1829 el médico Richard Murphy sueña en
Puerto Cabello con un negrito muy cómico de nombre Eddie, quien en el futuro, será famoso y
millonario.
En una cola de hace dos días un borracho estúpido se
le olvida lo que ha acordado hace diez minutos y arma una escenita en frente de
sus amigos.
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