Historias de robots sagrados:
Corvus
Joaquín Ortega
El artefacto estelar Corvus desarrolló una actividad vinculada
al exterminio de una flota de Caribantes irredentos. Sus mayores éxitos
consistieron en suprimir las revueltas en las regiones 10/12 de los espacios
estelares Dédalo. Consiguió con éxito quebrar los receptores del virus de
demencia inducida.
La primera misión concluyó en la desintegración de bases
no amistosas en la constelación de Eridano. Al cabo de su primera ronda de
funciones, fue desmantelado para reagrupar una serie de piezas en los novedosos
“delfines sombra” de la flota Christensen en Próxima Centauri. Su culto comenzó en la tercera ronda de
clonaciones de cerebros fósiles y, de antemano se auguró una sorpresa en los
oráculos digitales.
Su capacidad visual le permitió prever los Tsunamis de argento
vivo y ser parte clave en la reagrupación de la guardia perenne de los alambiques
de los reyes Frege, en las costas de Primerato. La combustión esencial lo
acercó a los animales inteligentes y a los extranjeros infernales. Sus modelos
de batalla reducían a restos inclasificables a los campeones de las primeras
fases de la contrarreforma.
Entre sus modos elementales de mayor eficiencia estaban:
el talante sigilo, la dispersión de fotones y el cambio molecular aletargado en
campos abiertos.
Actualmente, es parte del culto mayor del altar Pluma de
Piscis en las Cataratas Indo.
¡Larga
memoria a los robots sagrados!
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