Historias de robots sagrados:
Constanza
Joaquín Ortega
Iniciado como un programa de reconocimeinto facial, la
forma de vida proto alienígena Constanza, culminó con una serie de victorias alrededor
de los conflictos humanos. Con el uso de vibraciones y sonidos dodecafónicos su
trabajo lo hizo recorrer 14 mil años luz en dos rondas de ministerio natural.
Al liberar a humanos y seres en evolución concurrente de
sus larvas astrales, el desgaste vehicular generó una serie de daños poco
comunes en sus componentes exteriores e interiores. La lucha previa, antes de
su desmantelamiento y posterior culto, tuvo lugar en el penal de Uwel, en donde
los robots operarios Jonás 395, pasaron por las armas al personal y reclusos en
catorce planetas menores.
Avezado en las posibilidades del orbe alterno habitable,
decidió apagar toda forma carbónica y limpiar las zonas tanto de violentos como
de rehenes.
Perdido en acción, sus restos en réplica, se exhiben el
museo de Upsala Nova en G399
¡Larga memoria a los robots sagrados!
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