Una mano amiga. Consejos para chicas.
Joaquín Ortega
El eterno conflicto entre hombres y mujeres no es un
asunto de sexo, es de prácticas humanas, de comportamiento individual. Cada
persona, quiere que otra haga lo que ella quiere, y al revés. Así que todo
pudiera arreglarse asumiendo, desde el principio, que uno anda en pareja porque
le provoca y no porque lo arrean. Poniendo esto como arranque, pensemos en
aquellas cositas que a los hombres –medianamente cuerdos- nos incomodan de ciertas
conductas femeninas:
Nadie quiere
ver ciertas cosas. La grabadera de partos y el corte al cordón umbilical está
de moda, sí quisiéramos ser obstetras habríamos estudiado medicina. Bájenle
dos a la confianza porque somos sus machos, no sus amigas. Para el cine Gore, Rob Zombie o Darío Argento. Para
el amor, todos los bojoticos en su sitio
No queremos ver cuando orinan. No queremos que nos
hablen mientras nos bañamos. El baño a compartir es –muy de vez en cuando-
el del hotel. El de la casa merece ser usado por turnos
Cuando decimos que no estamos pensando en nada es
verdad
Sí vemos a otra mujer, entiendan que la vista es
necia. También uno se ha llevado demasiadas vainas horribles a la memoria por
andar con esa mala maña
No hagan preguntas exactamente cuando tenemos el
bocado a segundos de masticado. Hablar con la boca llena es de película gringa. Hablemos de
lo que está rico o no, luego de la partida del bolo alimenticio a otras
regiones. A cambio, no diremos lo que pensamos de su entorno familiar
El sexo oral sí es importante. Aplíquense. Una
ventaja comparativa de la mujer venezolana es la sobada de bolas ¡Son unas
maestras! Besito más sobada nos hará pensar en ustedes más de lo que creen
No se conviertan en fanáticas por investigación. Los
recién vestidos en temas deportivos, intelectuales o de cualquier área se notan
a leguas. Temas de interés mutuo se descubrirán con el tiempo
El llanto ya no convence. Úsenlo cuando haya un
dolor o una pérdida real.
No nos hagan arrechar. Nos deteriora todos los
sistemas. A menos que quieras ser viuda -o empujarnos a unos paralímpicos-
evita la sacadera de piedra. Reafirma tu seguridad con gimnasio o terapia y no
abuses de las pepas, que la felicidad artificial vive lo que te dure la caja
Las escenitas solo funcionan para la audiencia y tus
amigas
Actualicen o renueven los perfumes: ni mal pegadas
en el aceite de bebé o a la fragancia de
moda. La personalidad es un clima y el flirteo es el termómetro
En spanglish:
jeva en el hueso, jeva sin suceso.
Métele alimento al cuerpo y no evangelices con vegetarianismos ni causas raras
No copien la
jerga de los gays que las peinan. Bájenle
dos al “marica”, al "mamaguevo" cuando manejan o a los demodés “culo”, “niño” o “tipo”
No hablen de sus ex, arrejuntes o aventuras pasadas.
Ni nos importan ni nos duele. No sirven como gancho para los celos. Abusar de
la historia de “los otros”, solo da excusas para reafirmar que el final era
necesario. No abusen, porque a pesar, de
que los hombres somos increíblemente brutos, somos expertos en rechazos y
nuevos comienzos
El número de hombres que regresa a una relación
previa es ínfimo. No gasten real en Tarot preguntando sí volverán con un ex
No nos hagan brujería. El episodio Maya no sirvió
para nada, excepto para darnos un sexto sentido que hace que olamos a media
cuadra santería y afeites. Métanle al Feng Shui que no le encharca a nadie el
aura
Bailamos por compromiso. Recuerden que sólo un 0,1% de los bailarines varones más entusiasta, no es una loca furiosa esperando por salir del clóset
Cambien y varíen el círculo de gente conocida. Sus
“mejores amigas” son sus verdaderas enemigas. Dejen de contarle su vida íntima a todo el mundo. Manéjense con dignidad. Recuerden, nada que nada
que salga de una pista hedionda a caña puede traerles algo bueno. Sí van a
pescar aprendan a poner el anzuelo y a lanzar la red. Sí ya tienen al pez,
déjenle un espacio abierto a la pecera para que vaya y vuelva.
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