Sunday, October 24, 2010

Hermano (Marcel Rasquin, 2010)


Hermano

Exclusivo para Blitz

Joaquín Ortega

No hace mucho, frente a media docena de cervezas y una pizza margarita le comentaba a José Urriola que hay películas que son un naufragio. Son un naufragio, porque en el fondo nos encontramos con ficciones que te liquidan y te dejan en medio de una tormenta. A veces, por lo virtuosamente sobredimensionadas o simplemente porque te conducen a ningún lado. Esos cuentos son los que te sacan de un muelle crujiente hasta un final inacabado, frágil y hasta ingenuo. Hermano (Marcel Rasquin 2010), afortunadamente es un ejemplo a contrapelo.

Hermano, es una película venezolana que se sale del marco de la violencia mal copiada del cine de favelas, que se aleja de las malas palabras gratuitas, que rehúye del topless de la actriz de TV de moda y, que especialmente, se aísla de la ideologización burda y apurada, de esa que repica en clave de turismo revolucionario. Hermano con soltura levanta puentes, amenaza al espectador con descubrimientos emocionales y convida a una fiesta -que sin ser del todo sana- no llega al límite del barranco. Al salir de la sala, sabes que no soluciona nada –entre otras cosas, porque no es esa su intención- pero, deja expuesta con soltura más de una zona para la tertulia.

¿Qué dice su director?

Es mucho lo que puede salir de un encuentro con Marcel Rasquin, su director, quien opina sobre la influencia de la estética del video clip, y de aquellos grandes nombres asociados a éste -Ridley y Tony Scott, David Fincher, Michael Bay- y a su propia perspectiva generacional: “Son todos unos bestias. Unos maestros en su oficio. De todos me quedo con Scott, pero con Ridley. Luego considero que Fincher es el que tiene más sustancia en su trabajo. No superpone la estética a la historia, sino que su impecablemente estilizada estética visual, está al servicio de la historia. En el caso de los otros (…) tal vez se dejan encantar más por la espectacularidad de los fuegos artificiales, que por el poder intrínseco de la historia que están contando. En todo caso, en mi búsqueda personal, los malabares técnicos están muy abajo en mi lista de prioridades”

No es una carga es…adivinen…

La tensión entre familiares es tan vieja como la humanidad, metáforas bíblicas y excusas literarias nos conectan con el viejo tema de la primogenitura, la competencia o la envidia: Caín y Abel, El hijo pródigo, Israel versus Ismael, Esaú y la venta de la primogenitura a Jacob, Los Hermanos Karamazov, Al Este del Edén, Platoon. Escoja usted el tiempo y sabrá que desde Luzbel versus Miguel, llegando a Shakespeare, el síndrome del destronamiento existe y es tan real como la ortodoncia que algún día habrá que colocarle a sus pequeños. Esto se explica psicológicamente así: el hijo mayor, queda en un plano de vulnerabilidad por olvido, puesto que deja de ser el centro de atención. Asimismo, se convierte en protector y en estandarte de un sueño familiar, que al casi nunca ser explícito, se convierte en inalcanzable y por ende lo frustra y lo motiva a la vez.

Logros

Existe un logro poco común en cualquier cinematografía: que ritmo e imágenes se sinteticen sin abuso de fondos, objetos o personajes. En Hermano cada fotograma responde a un centro de atención y de allí las escenas se suceden con una prioridad y una presencia ecuánime y rigurosa. El tiempo se desvanece entre escena y escena, y la historia, sigue flotando espectralmente, a medias vistas, como si fuera la sonrisa del gato en Alicia en el País de las Maravillas.

Hermano no es sólo un film para sentirse bien, es una aventura profesional donde historia, sonido, imágenes, diálogos, actuación se engranan para generar un producto cuya mayor virtud parece ser la prudencia. No abusa del tema o de las subtramas, ni siquiera del dramatismo, ni del juego en sí, ni de la pobreza, ni de la maldad. Es una narración en un día cualquiera, en un lugar cualquiera, donde pueden ocurrirle a las almas, cosas buenas y cosas malas por igual.

Hermano viral

En Hermano su equipo ha entendido que la presencia de una obra de arte en tiempos presentes va más allá de un estante o una pancarta. Es una producción que no descuida la trivia, la constancia y rotación de las notas de prensa, convive con el mundo 2.0 y el mercadeo viral. En Hermano no desaprovechan un foro o una oportunidad para mostrar partes del largo u ofrecer nuevos comentarios sobre anécdotas conocidas o desconocidas. Si bien les vale un premio, es al de la comprensión de los canales de exhibición y de la importancia de una buena apostilla persona a persona, más allá de una cuña repetida mil veces en horario estelar.

Las frases

Docenas de frases son memorables - "Yo quiero jugar para Venezuela con Julio. Pero si queda entre él y yo, voy a tener que humillar al gordito este"; "Coño Daniel, esto no es Brasil"; "Íbamos para una piñata. Yo tenía tiempo pidiéndole una mascota a mi mama. Y te escuché a ti y pensé que eras un gato"- El tono y modo de los actores se basa en una fórmula concentrada en la naturalidad. No hay sobreactuaciones o excesos verbales o violencias exageradas… no brotan groserías, colocadas cual minas caza bobos, para conectar al público y la risotada fácil de cafetín.

El director confiesa el resultado de trabajar en los diálogos: “En Hermano fuimos muy metódicos en la escritura del guión. Los lineamientos en cuanto a la metodología propuestos por Robert McGee en su libro STORY fueron una guía muy útil para atravesar ese tortuoso camino. Es por ello que lo último que escribimos fueron los diálogos... Los personajes pasaron largas temporadas del proceso de escritura con una mordaza, con un tirro en la boca. Al final del proceso, cuando quitamos el tirro y los dejamos hablar, las palabras fluyeron de forma natural y verídica. Sabíamos muy bien qué es lo que querían y qué se dirían, cómo reaccionarían y cuándo guardarían silencio. Es que es muy fácil perderse en la maraña de los diálogos, cuando los escritores corremos al teclado a escribir escenas y escenas, con diálogos y más diálogos, solemos perdernos en el flujo de la historia. Con los actores, hubo un largo proceso de ensayo, donde a lo que menos importancia le dimos fue a los diálogos. Nuestra prioridad fue explorar la verdad de los vínculos, de las emociones, de los eventos, de las distintas pulsiones que operaban dentro de cada personaje en cada momento de la historia. Los diálogos, al igual que en el proceso de escritura de guión, fueron integrándose de forma orgánica y natural a los performances”

Amor y competencia

La historia de amor, a la vez que la del pique entre hermanos, la descripción superpuesta de la crianza y la ternura maternal -así como la fuerza que une a las parejas jóvenes- transcurren con ritmo y tiempos creíbles. Y sobre todo, no dejan de lado la historia principal que es el encuentro futbolístico, el conflicto y el hecho redundante de que quien pierde el juego no ganará en otras áreas.

Pensar, filmar, exhibir

El tiempo es real no sólo mientras se piensa y se escribe la historia sino hasta que se convierte en una realidad en exhibición. Rasquin revela la distancia real entre el story board y el producto final: Desde que la pensé hasta que se estrenó... fueron cinco años, quizás un poco más. Claro, no fue dedicado exclusivamente a la película, también tenía que trabajar para ganarme la vida. Pero Hermano me ha acompañado y me ha quitado el sueño por un largo rato”

Toda filmación implica un trance de circunstancias que van desde tener los pies en la tierra con respecto al presupuesto, hasta las condiciones climáticas que puedan afectar el rodaje. Rasquin retoma la palabra: “En cada etapa hubo grandes problemas de logística, de cronograma, de presupuesto, ¡de todo! Pero supongo que durante el rodaje, lo más complejo resultó filmar las secuencias de fútbol. Creo que nos planteamos el enorme reto de filmar una película de fútbol por ignorantes. Las escenas de fútbol habían sido descritas con mucha precisión en el guión y coreografiar una escena de fútbol es un verdadero reto para todos los departamentos, porque no importa cuán buenos son los” futbolistas-actores”, no son muñequitos de PlayStation, y la pelota es redonda y caprichosa... como la cámara... la cual era una sola”

Las sorpresas y la búsqueda interior

En esos mundos de los narradores visuales ocurren siempre sorpresas mayúsculas. Para Rasquin una fue: “Encontrar el mirador arriba en Petare, donde los hermanos conversan después de jugar en la canchita. La escena estaba escrita completa en un solo sitio, pero cuando descubrimos ese mirador, que se parecía tanto a la referencia de afiche que teníamos, decidimos picar la escena y hacer el final allí”

La búsqueda interior siempre acompaña al director: “Seguramente... Me interesa explorar las contradicciones de la condición humana. Me interesa indagar sobre la vida. Me interesan las historias donde tanto héroes, como antagonistas, tienen razones claras y muy válidas para luchar por lo que quieren”

El mundo femenino

Persistentemente habrá un conflicto entre los personajes…entre lo dionisíaco y lo apolíneo, es el combate entre las fuerzas constructivas versus destructivas o entre lo femenino y lo masculino. Rasquin, asienta, en relación al cosmos femenil: “Creo que a lo largo de toda la historia. Yo no estaba seguro de cómo la iba a recibir el público femenino, y me sorprendió gratamente cómo las audiencias más entusiastas, son mujeres. Es muy curioso porque Hermano es una historia de varones, de adolescentes, llena de furia, caótica, de fútbol, goles, balones desconchados, canchas de tierra, patadas, tiros y muertos... todo eso que es súper masculino... y en el fondo, es una película de jevas ¡jajajajaja!. Ahora, hablando en serio, creo que en esencia Hermano es una historia de amor, una historia de amor fraternal. En el que la presencia de la madre, y por ende, de lo femenino es fundamental. La inesperada pérdida de la madre es lo que desencadena toda la historia y su trágico desenlace. La presencia -y luego el vacío- del amor materno es lo que define el verdadero motor dramático de la película”

Para no dejar de aportar nuestro grano de arena al mundo de la trivia hay que resaltar que Rasquin, como si fuese un personaje más de su narración, exterioriza que los planos qué mas le divirtieron fueron animados con rock de fondo y que el próximo género a enfrentar pudiera ser el western.

Ya para finalizar, me viene a la memoria una conversación entre Ángel Zúñiga y Joaquín Soler Serrano, a quien le confesaba el primero, en 1981, que: “al recuperar las palabras, se hizo realista el cine”. De cierta manera, distanciaba, el sabio crítico, a las películas mudas de las sonoras, ofreciendo una reflexión que obliga a pensar que el espacio de los sueños despiertos - la pantalla- perdió algo de ejercicio eidético personal. Con Hermano, el cine en Venezuela ha recuperado un lugar, que por el hecho de narrar algo con espíritu fidedigno, no nos aleja de la confección de un sueño bueno, optimista, de fraternidad, ascensos y vida en paz.

2 comments:

Anonymous said...

Viejo, posiblemente lo mejor q te he leido en muchisimo tiempo!

Anonymous said...

Viejo, posiblemente lo mejor q te he leido en muchisimo tiempo!