Friday, August 20, 2010

Diario de un jodedor: We Are the Worst


We Are the Worst
Joaquín Ortega

Un cuarto de siglo en tiempos individuales nos parece mucho, aunque en realidad no sea tanto. Para los ritmos de la tierra, debe ser como un suspiro y para los lapsos divinos, algo menos, que un parpadeo del ojo de Horus. Así las cosas, vistas en perspectiva, lo bueno puede mejorar o no, lo que todavía resulta increíble es que algo que principió mal, se ponga peor.

We Are The World 25 es una visita a La Bonanza en clave de guitarrista de tasca. Es un viaje al corazón de la pava más cutre. Parece el resultado de un sueño diurno del director de las bodas colectivas del Sambil, coproducido con una televisora regional de capital venezolano-iraní. Con WATW 25, desde los primeros acordes, inclusive el oyente más dejado, intuye que algo va a salir mal, muy mal: es como ver a una madre ebria, dejando al descuido a un niño de 4 años, en el andén antes de que llegue el Metro. Es como ver salir de un banco a un viejo afeminado y medio sordo, que hablando por teléfono, repite a viva voz: “sí, ya cobré el cheque y tengo los reales conmigo”. Es como poner en la despensa una botella de cloro olor a bebé, en la casa de una enferma con síndrome de Munchausen.

Pretender que un cuarto de siglo después una canción proterva, interesada -y nacida a partir de una iniciativa inglesa infame: Do They Know it´s Christmas Time?- podía llegar a algo bueno, moviendo a la lástima, ¡una vez más!, no está nada bien. Es como pensar, contra toda lógica, que asistir a una charla dictada por un enano con híper sudoración, sin más adjetivos que los que encontró en un folleto de Avon -¡y con una espagueti seco como prendedor pegado en la solapa del flux!- es el poseedor de un secreto inexistente y sobrenatural, al alcance de una inscripción “gratuita” en la cienciología.

Y es que en la cancioncita la cosa no logra ensamblar, ni emocionar. El desfile de gallos, desafines, gritos urgidos y movimientos corporales -tardos y mal encuadrados- son toda una oda a la estética de las ciberconferencias de las hermanitas Olsen. De verdad, ese corito está tan lleno de mala vibra, que en su versión original acabó con la carrera de más del 70% de los artistas que allí aparecen: yendo desde el mismo Michael Jackson, hasta Huey Lewis y Cindy Lauper, sin olvidar a Kenny Rogers o Lionel Richie, quienes no pegan una desde entonces. Meses después de ese ensayo de hoyo negro, los calcos no se hicieron esperar: hubo un desagradable batiburrillo: “Cantaré, Cantarás” protagonizado por rutilantes artistas latinos, hubo un Farm Aid, adelantado por el insigne abuelo mariguanero Willy Nelson… debe haber habido un Muppet Aid, combativo e intenso, contra la venta de peluches coreanos, hechos a base de piel de perro…en fin.

No hay que olvidar que en el mundo del chisme, la calumnia es más poderosa que un hecho cierto, y cuando alguien se imagina algo sórdido, ya eso ocurre realmente dentro de los universos de las estrellas Pop. Por ejemplo, aquel chamo supuestamente abusado por Michael Jackson, dijo después que era mentira. Ya sea porque no aguantaba más el chaleco en la calle, la universidad y la oficina –Francisco Granados dixit- o porque en realidad el panita sí amó con “locura Fisher Price” a Michael. En definitiva, el punto es que ya se rayó todo el mundo: el artista, el pelao, la obra musical.

Hoy por hoy, ser recogelatas de la historia sigue siendo el negocio más provechoso, ya sea que cantes full de cadenas o que le silbes al patrono, alejándote de halar la escardilla al sol.

Consultorio:

Querido Joaquín: Soy una profesional de la antropología interesada en el área de segmentación demográfica y estoy leyendo asiduamente tus reflexiones culturales. Como ser una intelectual no me aleja de ser mujer, pretendo reformar a algunos potenciales esposos -a quienes tú evaluarías como “proclives al vicio español”- con el uso de estrategias dialógicas. En la mira tengo a un ex canónigo que colgó los hábitos en un carnaval en Brasil -todavía algo aficionado a los ensueños obispillos- y otro, es un gerente de redes, post punk y conocido por ofrecer las orgías, digo, las fiestas más higiénicas de la ciudad. ¡Oh tu, cronista del empoderamiento sexual! Dame letra, que ya el reloj biológico está haciendo tic tac, más duro que un cronómetro de paletas. Tuya: Margaret Geertzina Levi Estrógeno Durán Durán y Diego

R: Querida profanada por el círculo Mac User. Primero que todo deja la habladera con tus hombres y simplemente gózalos. Cuando se tiene una relación, ésta debe vivirse. No se habla sobre la misma, como si fuera un ambiente aparte, que necesita ser amoblado o pintado, como una habitación de alquiler. Caer en ese juego sólo va a satisfacer tu ego rarefacto y provocará que tus crapulitas “sufran” una recaída. Con ambos intenta nuevos juegos de seducción: disfrázate de Angus Young y fíjate con teipe de plomo un trío de mandarinas en la entrepierna; diles que el espíritu de la navidad ofrece un dos por uno, en deseos relacionados con la transubstanciación. Proponles una cita doble con unos estudiantes por intercambio, y juega tú el papel de los hermanitos Fanny y Alexander o Vaca y Pollito. Recuerda: sufre y abusa con responsabilidad porque si no, el pecado pierde sabor.



4 comments:

Anonymous said...

Totalmente de acuerdo!!!

Por cierto, que hacia Jeff Bridges ahi?

Antonio said...

¡Jajajajajajajajajajaja! Mierda, de los mejores posts Ortega, jajajajajajajajaja!

Anonymous said...

genial ortega!!

Anonymous said...

Coño la merma de la merma!!!