Tuesday, February 23, 2010

Breve Teoría del Conejo




Breve teoría del conejo

Joaquín Ortega


Las mujeres no son muy inteligentes, simplemente es que los hombres somos muy estúpidos. Sí, aceptemos sin miedo ni complejos que somos unos conejos, y ellas actúan como depredadoras de sangre fría, es decir, de las que buscan a la presa en silencio y la matan por asfixia o engullimiento. Por eso, si te despiertas, a media noche y con frío en un hotel, no es por culpa del aire acondicionado, es que estás durmiendo con una criatura reptiliana que se alimenta simbólicamente de la vida del macho. Alimentación simbólica explicada de manera facilita, a través, de la teoría de la imagen, porque no hay duda, que el afán de encuadres históricos de la mujer promedio, es algo que no cesa ni empujando la andadera. Mejor me explico, a través, de un monólogo interno típico: “camino con éste inútil, agarrada de la mano por el centro comercial equis, a tal hora…. Ajá, ya me vieron las amigas del colegio que sólo veo por Facebook… Ahora, lo mando a que cargue unas bolsas hasta la casa, para que nos vean las viejas del edificio... Más tarde, me lo llevo a la cena de la familia. Lo beso delante de mis primas y mi tía la frígida…. Y ¡listo!, ya llené 8 minutos de la película de mi vida”



¿Y por qué las mujeres nos llevan la delantera en eso años de formación emocional masculina? Muy fácil, porque mientras unos vienen al mundo con el gen de jugar con carritos, pelota o videojuegos, otras vienen con su programa instalado para llamar la atención, para “hablar hablando” y “hablar sin hablar” las 24 horas del día. Ese sistema operativo tiene un programa que corre y se reactualiza sin download, conocido vulgarmente como la “necesidad neurótica de amar”. Así, desde que se levantan, tienen que colocar sus energías en un objeto vivo, receptáculo del cariño que las mueve a vivir. Por eso quieren, aman y demuestran su afecto: “yo quiero a mi mamá –aunque aquí pudiera estar un poco en desacuerdo ante la evidencia empírica del trato femenino hacia sus madres-, yo quiero a mi papá, yo quiero a mi hermanito, yo quiero a mi mascota, yo quiero a mis amigas, yo quiero a mi maestra, yo quiero, yo quiero, yo quiero, yo quiero, se transforma en un: “debo amar, debo amar, debo amar, debo amar”, casi como un comando robot de la era de Lost in Space



En torno al tema de lo quedados que somos, otro que la tenía clara fue el viejo colega Bukovski –colega, porque somos borrachos- él decía más o menos lo siguiente: “las mujeres son animales más bien estúpidos, el problema es que tienen más capacidad de atención que los hombres y nos agarran distraídos”. Repito, para que no digan que éste discurso es simplemente misógino o derrotista: las mujeres no son ni muy inteligentes ni muy brutas, simplemente es que los hombres somos muy simples…. ¡pero! -y ahí viene el pero salvador-, eso dura sólo por un tiempo. Fíjense: un hombre entre 20 y 30 años siempre será un cobayo con cesta tickets, aunque se pretenda maluquísimo –ahora, sí cruza el páramo de los cuarenta, la sabiduría cae del cielo como un carisma católico- ojo aquí: si como ejercicio, prestamos atención detenidamente al mundo femenino, el hombre al llegar a los 35 o 40 se da cuenta de todo –con excepciones de embrujados, emasculados, lobotimizados y gochos varios- y de ahí para adelante ¡te las puedes vacilar a todas!: desde las Barely Legal, pasando por cuarentonas repotenciadas -y que se duermen después del primer polvo- veinticinco añeras en proceso de dárselas de súper mujeres, hasta las treintonas largas, que evitan, a toda costa, asumir que las dejó el tren.



Comerás ahí -siempre y cuando tengas una mínima disposición- donde las mujeres solteras, divorciadas, estudiantes, profesionales, ex amigas de tus novias, doctoras que te hacen el ecocardiograma, esbirras y santas. Abruptamente, te volverás tú el aborigen cazador y no el lechón cazado, y seguramente rematarás -rellenando sanamente- a ese subgrupo de las que nacieron para amantes, funcionarias públicas o todas las anteriores juntas. Ser conejo dura un tiempo, pero tras una larga espera, se puede salir del capullo histórico que nos convertirá, sino en el arquitecto de Matrix, sí al menos en un carajo dueño de sus domingos.



Consultorio:


P: Querido Joaquín, soy una joven empresaria de mis propios calendarios sexys, y a pesar de mi correcta disposición a contraer matrimonio, la mayoría de mis conquistas han sido hombres casados dedicados a las franquicias de alimentos, gerentes casados de la industria del traje de baño, oficiales casados -de ejércitos paralelos de invasión nacional-, testaferros casados, de futuros retratados en la Haya, y hombres llamados del renacimiento por quienes te conocen, digo por los que los conocen, y que cuando les dicen matrimonio pelan los ojos de miedo, igualito a un vampiro novato viendo por primera vez una cruz. Con ellos he estado dispuesta a todo, desde cumplirles sus fantasías adolescentes disfrazada de colegiala Animé con strap on, hasta vestirme de obrero de la construcción jugando a la humillación al pasarles un rodillo por la cara lleno de pintura, momentos antes de llegar al clímax. En fin, ¿qué me recomiendas eterno oráculo del amor sin ataduras? Tuya, y ahora con calendarios virtuales: Deyse Albertina Kali Holy Mary Vallenilla Lanz Fox Rubio, alias “la Faraca



R: Querida bella sin alma. Te recomiendo que, más que hacer masivos tus calendarios, los personalices para cada uno de tus amantes. Coloca entre semana notaciones que permitan saber a tus tipos cuáles serán las fechas de tus días. Así, podrás darle el chance de alejarse, digo, de obtener unas fechas intensas en el trabajo, mientras tú pasas por tu síndrome pre menstrual en la soledad de tu cuarto de brujería. Al ser bella sin alma debes entender que viniste a llevarte lo gozado y no aprender lo incomprensible. Asume tu karma, dónala, ahorra y arma un tarantín en alguna playa solitaria, de manera de tener la base para una posada turística, cuando el país esté en manos de una familia real demandante del primer mundo.



5 comments:

Anonymous said...

genial mi niño, genial....

me sentí ofendida y reivindicada a la vez

!TE ODIO!

Anonymous said...

Amigo, yo creo que usted sigue siendo un conejo, con zanahoria, corral y todo

Anonymous said...

grande bro, grande, una belleza sin desperdicio!! saludos desde la west coast.

Anonymous said...

gracias anonimos!!!

un abrazo

J

Desde La Barra said...

gracias anonimos!!!

joaquin