Tuesday, November 03, 2009

Pasaje de Cacería y Laúd: Joaquín Ortega



Pasaje de Cacería y Laúd

Joaquín Ortega



Cae la tarde y al irse rebajando el peso del sol, son pocos los temas sin exponer y marginar por tres amigos: la ceromancia y las miradas de las bestias, los carromatos y el poder de yugo de las doncellas, la falsa fortuna y los tajos de las espadas sarracenas.



Así, bajo la sombra decreciente del árbol que da mil cruces, se tira del tiempo como una venda que cubre el novísimo de los tedios.



Parabellum: En el arte de la matemática también abundan respuestas al Verbum Dimissum…



Quinto: Si lanzáramos al aire cada quien una moneda, sólo habría veinticuatro arreglos numéricos posibles…



Dalmacio: A ver, echad al aire indistintamente y tomemos nota de ésta prueba de cálculo, puesto que de trece veces que apareciera una cara, tan sólo once saldría una cruz…



Parabellum: Eso sí quisiéramos prever las combinaciones, pero variadas y más largas serían las operaciones de lanzamiento y notación de los resultados…



Quinto: Interrumpo, que sólo veríamos combinaciones como así medito: tres caras, dos caras y una cruz…



Parabellum: Cara, cruz y cara…



Dalmacio: Cruz, cara y cara…



Quinto: Cruz y dos caras…



Dalmacio: Cruz, cara y cruz…



Quinto: Dos cruces, una cara y …



Parabellum: Tres cruces…



Dalmacio: Si la tarde que refresca nos permite, y haber bebido de la misma calavera nos convierte en observadores de la misma cumbre, desistamos de la marea numérica…



Quinto: Ya lo sé buen amigo, figuremos una República ideal…



Dalmacio: Más bien, una biblioteca fantástica…



Todos: ¡Bien vale!



Parabellum: Sí, dispongamos nuestra atención de buen modo que apreciemos el olor fresco del óleo, los pliegos de maderamen recubiertos de alquitranes grabados…



Dalmacio: Los cuatro elementos conjugados a la luz de fanales con base de agua…



Quinto: Con luz fuerte y conveniente de día y grasa ilimitada para alimentar al lector nocturno inspirado por el salmista:



Todos: “Mirad, bendecid al señor, vosotros, todos sus siervos, los que en su casa estáis por las noches”…



Parabellum: Propongo leer el libro que contiene todos los sueños -descriptivos y nocturnos- de aquellos célibes que pretendieron ajenas mancebas…



Quinto: Y yo pido recitar, uno a uno, los libros que contienen el nombre de terceros libros, pero nunca aludidos en relación a su contenido, sino sólo a partir del número de menciones en otros labios…



Dalmacio: Me inclino por los que narran las cosas que nos van aconteciendo mientras se examinan…



Quinto: Y pasaría mis ojos por los que enseñan la matemática profunda de los números inútiles…



Dalmacio: Y por los sin ley ni dioses, los que desordenan los códices inclasificables con espíritu y afán de confusión…



Parabellum: Conmigo llevaría los que apuntan la verdad sobre la mentira y aclaran con engaño las verdades cortas…



Dalmacio: Daría a la vista de los justos los tratados que enseñan la gramática de las lenguas sin sonido y que no son de utilidad, sino a los que de ningún modo les toca comunicarse…



Parabellum: Haría larga espera por ojear los compendios que nos ubican en la geografía de continentes cenagosos, que mudan tanto de animales como de nombres…



Dalmacio: Compraría los cartapacios para vírgenes que profesan la teología de las hormigas, y que al igual que ellas, se llevan a la espalda las hojas impresas como dulce…



Parabellum: Y agregaría….que al devorarlas, logren entenderlas desde el gusto…



Dalmacio: Buscaría aquellos tomos que se ilustran por el lector y nunca apellidan de maneras idénticas a las imágenes…



Quinto: Y los que barajan partituras solo capaces de ejecutarse en las clausuras de instrumentos herrumbrados…



Parabellum: Haría feria con aquellos cuerpos de páginas espontáneas, que mientras más se repasan más páginas engendran…



Quinto: Desecharía los libros cuyos lomos lo insinúan todo…



Dalmacio: Y me hallaría de saltimbanqui entre los libros que coleccionan fracasos empíricos y éxitos incógnitos…



Quinto: Procuraría arriesgarme frente a los tejidos de piel e hilo, ahítos de astronomía, y que al revisar sus cálculos, se corrige al mismo tiempo el curso de las estrellas…



Parabellum: Perseguiría aquellos ejemplares indóciles que corren a caballo sobre mapamundis, y que bienaventurados, flotan para darle refugio a los náufragos del conocimiento…



Dalmacio: ¡Libros que muestran lo que han escrito todos los hombres sobre todos los hombres y al revés en el álgebra!



Quinto: ¡Pensaría libros mentales que se rumian a sí mismos sin saberse comprensibles…!



Dalmacio: E incapaces de poder consultarse…



Parabellum: A erradicar los libros empeñados en su pedantería de ninguna vez referirse a nadie…



Quinto: A beber de libros húmedos, mágicos e instantáneos, los que viven en goteros y entran por los ojos como enciclopedias colmas…



Parabellum: A sacudir los porta letras que novelan cuentos, que biografían hombres sin obras ni truenos y catalogan descripciones indescifrables…



Dalmacio: A contender con aquellos que buscan erradicar los errores y al nunca equivocarse, son ellos mismos los que se condenan a un cajón de excepcionalidades…



Quinto: ¡Libros que se ocupan de casas, templos y castillos y de tanto vivir dentro de ellos no dejan espacio para ser hogar de las palabras…!



Parabellum: ¡Libros rápidos que siempre están detrás de los lectores al darle ya dos vueltas al porvenir…!



Dalmacio: Libros que explican el sonido en cavidades donde sólo se mezclan pociones para muertos…



Quinto: ¡Brindo por los alfabetos artísticos sin valor para el arte y por los libros horrendos con valor para el hades…!



Parabellum: Beligerancia para los libros de guerra, que viven en tregua con sus vecinos y marchan rompiendo líneas pusilánimes…



Dalmacio: Por los cartillas difíciles que coronan el acto de las aguas sin flujos ni fragmentos…



Quinto: Por los silabarios icosaedros que ruedan de los anaqueles ofreciendo capítulos en múltiples pirámides…



Parabellum: Por los libros que consumen el tiempo, como devoradores de aliento y tragadores de fuego…



Quinto: ¡Vaya un beso nocturno a los libros de amor que todos odian y los de gimnástica inane que nadie festeja…!



Dalmacio: ¡Yo pagaría con años de mi alma eterna los libros huecos, con las gafas dentro que permiten ver la biblioteca de la que hacemos mención…!



Parabellum: ¡Hasta la muerte caballeros, ruge por saber de silencio en la plegaria!



Quinto: ¡Por la resurrección!



Dalmacio: ¡La gloria!



Parabellum: ¡Y el desenlace!



Cae la noche y al irse inflamando el paso de la luna, son muchos los temas ensayados por los tres: la ceromancia y las miradas de las bestias, los volúmenes grotescos, los que pudieran escribirse, los muy llevados…



2 comments:

Anonymous said...

grandioso!

Anonymous said...

Grande Bro!!!!!!!!