Army of Darkness

Army of Darkness

Joaquín Ortega

Tratar de definir una palabra -seguida por el adjetivo “culto”- sin rodar abajo por las escaleras del fanatismo es imposible. Por eso, sólo vale decir que una película, un disco, un libro o una serie de T.V. de culto es una experiencia estética individual, y que sólo se vuelve grupal, en la medida en que encontramos a otros freaks que deliran por lo mismos disparates junto a nosotros

Un pequeño autoexamen: si sales del cine percibiendo más de tres referencias extra cinematográficas, las verbalizas en voz alta y la persona con la que andas responde con mirada de muñeca inflable: “¡ay tu sí sabes!”, ya estas destinado sin remedio al pabellón de los obsesivos literarios. Igual, no es cosa para sentirse mal, siempre será preferible morir sólo, y con un conjuro contra los demonios entre los labios, que haber vivido toda una vida en medio de una manada de homínidos, babeados por el color político -o deportivo- de turno, mientras que en sus oídos se fermenta el último “hit bailable”, proveniente -y sin ecualizar- de un C.D. quemado

EVIL DEAD, EVIL DEAD 2 Y ARMY OF DARKNESS

La película a la que haremos referencia es en realidad una trilogía tenebrosa y profusa en sangre. Su autor es Sam Raimi, el mismo que muchos descubrieron gracias a Spiderman 1 y 2. Evil Dead, Evil Dead 2 y Army of Darkness, son en realidad una misma pesadilla enlatada que se detiene aproximadamente -y en promedio- cada 90 minutos. El primer mal sueño es una mezcla del género zombie con el de las posesiones satánicas. A esto se le agrega toda una sinfonía de descuartizamientos con estética gore, y claro está, una que otra referencia al fin del mundo como lo conocemos

El ritmo de la primera entrega es delirante, se desenvuelve como un agridulce brebaje speedmetal lleno de sorpresas, en la cual cada escena de breve paz, le da paso a una granizada de imágenes agresivas y repletas de acción. No sólo los personajes que rodean al mutilado y remendado Ash (Bruce Campbell) existen para hacerle la vida trocitos –literalmente hablando-, sino que la misma casa se convierte en una amenaza -así como un bosque cercano, que trepándose por el cuerpo, intentará tragársele la vida- El final de la primera película prefigura la segunda, creando una nueva lucha desesperada, pero esta vez a campo abierto

Si la primera parte, con espíritu y presupuesto de B-Movie, en cierta manera nos revela que la clave de todo el lío reside en el libro encontrado -el Naturam Demontum, por el cual se liberan los demonios kandarianos- En la segunda Ash, se vengará de tanta maldad desatada. Sólo será en la tercera parte cuando tal “odisea medieval- industrial” le provea los máximos logros al héroe por casualidad. En pocas palabras: partiendo de una historia de terror adolescente el espectador terminará nadando, sin saberlo, entre las gruesas aguas de una nueva mitología post-lovecraftiana

Como muchas cosas en la vida, la mejor manera de formarse una opinión es enfrentarla con nuestro propio criterio. Si quieres darte un viaje por un mundo de acción y referencias cruzadas, la trilogía de horror hardcore de Sam Raimi es una buena oportunidad para limpiarte la boca de tantas tramas predecibles y de tantísimos compañeros de sala, ahogados en bostezos. Al fin y al cabo, una película, un libro o una serie de T.V. de culto son montañas a escalar por seres medio locos… o por espíritus muy astutos, dice uno.