Historias de robots sagrados:
Norma
Joaquín Ortega
Diseñado originariamente como traductor de salmos en
ciudad Petri, fue designado como conciliador en la paradoja del destino
pluripendular. Al desarrollar un propio lenguaje de comunicación de
intervariables, la nave Norma se transforma en el segundo crucero de combate
conectado al centro de la inteligencia temporal del sistema Heder 21.
En la conexión de planetas indeterminados, permitió
llevar a buen término la separación entre tierras y anexiones imperiales,
previas a la señal de anagramas para la admiración y seguimiento de razas en
proceso de maquinización. Su reto más conocido
lo concreta, una vez separa, a las selvas de los centauros desérticos,
de las ramas de las múltiples orfandades.
Experto en recomponer la cadena de ADN frente a las evocaciones
mágico-eléctricas o a las gélidas tempestuosas de los alquimistas de la ciencia,
comenzó a ser seguido por una nave perdida, cuya tripulación refiere ser la
primera codificadora de su tradición y fonemas.
¡Larga memoria a los robots sagrados!
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