Diario de un jodedor: un animal con un animal
Joaquín Ortega
A veces el silencio me da risa, pero últimamente me
está dando como miedo. Cuando no escucho un martilleo incesante en apartamentos
vecinos; cuando no se suceden ráfagas de armas largas medianamente lejos;
cuando el vallenato o el reguetón no trepanan hasta los lóbulos -gracias a sus
decibeles desde “automóviles-corneta”- no me siento seguro. La bulla parece ser
un sinónimo de la vida y resulta el antónimo perfecto para la soledad.
Andrey Kurkov en La Muerte y el Pingüino deja vislumbrar que tener
una mascota deprimida es mejor que no tener ninguna. La Ucrania post caída del
muro, que se apunta en el libro, no me parecía muy distante al país a empujones que tenemos. La
corrupción policial, la organización de mafias son chuecas y a la criolla, pero
existen. El punto es -y voy a lo que voy- que toda mascota, al igual que Misha -el
pingüino- es y será siempre un animal inútil, como sólo puede serlo un gato que
no brinca, una tortuga que no nada o un hámster que no da vueltas en su rueca.
Cada día más, la gente compra mascotas por moda: peces
japoneses que se matan si los dejas juntos, pájaros horrendos que no imitan ni
una tos, perros falderos que se ven bonitos de cachorros, pero que se
convierten en alfombras enrolladas al cumplir el noveno mes. ¿Hasta cuándo
convertimos un hogar en la madriguera de bestiecitas, que al cabo de dos
semanas queremos regalar y cuidado sino convertir en parrilla? ¿Por qué primero
nos producen ternura y luego queremos que terminen en un ritual de magia color
Rihanna?
Cuando las mascotas son virtuales no importa tanto
porque todos sus detritos son falsos, esto es bits y bytes. Si se muere le cambias la pila. Si se pone bruto
reseteas el aparato. Sí recoger las gracias de los pajaritos, cambiarles el
agua y el plato de comida -y en especial echar Oust en el cuarto para que le baje dos al olor a corral- lo hace
otro, vives en un mundo ideal. Pero, cuando lo haces tú, ya de lejos te cae mal
el pequeño truhán. Y por cierto, es que tan loco es el que les agarra rabia a
esos bichos, como el que le entra un amor desmedido. Vivir como el Dr. Dolittle
te va bien si tienes alimento, mejor dicho tarjeta de crédito ilimitada, porque
hay hijos que salen menos caros, que un felpudo que mastica lentes Carolina Herrera.
En pocas palabras, no sea chiflado para maltratar o
matar a un animalito, pero tampoco sea tan enfermo para que sus relaciones
humanas arranquen y terminen en un criadero de gatos con dirección de
apartamento. Tarzán era el rey de la selva, pero primero fue de los monos. Si
usted quiere ser rey de los animales, prepárese a que se le pele el rabito como
a los chimpancés.
Consultorio:
P: Querido Joaquín, soy una dedicada dibujante de
enanas de circo. Desde que decidí dejar el diseño de moda, la cienciología, el
submarinismo y la música de funerales, he estado full con éste trabajo visual
que me ha llevado por casi 20 ciudades, apremiando a personitas chiquitas, así
como del tamaño de un cenicero de banco. La gente dice que soy muy cruel al
dibujarle sus partecitas –y sus partes grandes también- y que resulta
innecesario ponerles títulos a los cuadros como “la cornetica Bose”, “la Zippeada ”, “la R 2D2, di tú, di tú”, “la Samsonite
extraviada”, etc., etc., etc. Un montón de gente me dice que sí soy estúpida o
no, igual el karma me va a caer antes de los 30. En fin, te escribo porque me
he dado cuenta que mientras ellas salen a realizar sus actos, yo puedo negociar
ciertas posiciones de mi cuerpo –en forma netamente visual- para el disfrute y
goce de los cargadores de aros, cepilladores de elefantes y golpeadores de
canguros. ¡Oh! tú, mesmerizador de la trama suprema y perpetuador de la
inocencia de la mano izquierda. ¿Verdad que no soy ninguna desubicada ni una
perdida, como cualquier ex actriz de los años 80? Aconséjame, en el estricto
sentido de la palabra. Tuya: Yensina Lasarte Lazzari Magdaleno Toefl
Respuesta: Yo no creo que estés mal de ninguna parte
de tu cuerpo. A juzgar por la foto que enviaste a la redacción, estás muy sana
y bien distribuida. Sí tienes algún detallito no hay ningún mordisco que no
quede oculto con maquillaje fino. Tu principal escollo a enfrentar es la
negación típica de toda artista multiperformance. Esto es: cobrar por su
trabajo. Antes de iniciar tu “descubrimiento público” debes pedir una
colaboración de tus observadores. Ellos, al trabajar en un circo, entienden
mejor que nadie que toda función tiene su monto. Si alguno no tiene dinero,
ofrécele un intercambio erótico sin llegar a la consecución del mismo -pa´ que
sea serio y no vuelva a salir sin plata del rancho- Una vez terminado tu acto,
y que regresen las dueñas del camerino, diles que tenías mucho calor y que
tanta ropa no te dejaba pensar. Ellas entenderán, porque son artistas y han
tratado con gente medicada como tú. Al final del día, pasa todas tus
experiencias en la madrugada por Twitter
y espera respuesta del mundo 2.0. No
hagas chistes, sólo echa el cuento y en dos semanas lo tuiteas otra vez.
Entiende que la gente, que olvida súper rápido, ahorita ya se está empezando a
reír de lo que ya se rió, y tú puedes ser otra echadorcita de broma de grata
recordación. Eso sí, si triunfas, recuerda que Twitter es un cementerio de manchetas.
2 comments:
Dos bellezas:
1.-
"un ritual de magia color Rihanna"
2.-
Los apellidos de Yensina.
(Risas antropomórficas)
Saludos Joaquín,
J
jajajaja gracias bro!!
un abrazo
J
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