Joaquín Ortega
Jesús Alberto escucha el ruido de las turbinas
Y
lo convence de que deben hacerse ciertos ajustes
Prepara
ciertas sabanas y aceites
Hace
un té cargado para poder olerlo desde lejos
Los
ajustes que le vienen a la mente a Jesús Alberto son únicos
Por
eso
Prefieren
la caligrafía de los terremotos
Y
los pequeños compromisos con los ángulos
La
bañera de Jesús Alberto perennemente aguanta artefactos y palíndromos
Los
palíndromos son las voces permutadas de sus amigas temperamentales
Unas
llegan por temporadas cortas
Otras
por temporadas muy largas
Casi
siempre muy largas para el tiempo que puede percibirse
Jesús
Alberto observa desde la cocina el agua que hace su trabajo
Resfría
y suaviza las túnicas que coexistirán como telas fronterizas
Como
artilugio cuadriculado para la ropa en la que otros quieren verse
Jesús
Alberto sale y entra de sus habitaciones
Con
un pié arrastrado por el dolor
A
veces, las visitas no agradecen los mimos
Y
se convierten en peces grandes fuera del agua
Sin
anzuelo Jesús Alberto les lava el cabello hasta que parece de oro
O
de un metal muy frío y esplendente a lo lejos
Las
primeras membranas que tuvo Jesús Alberto son sus blasones
Las
segundas son sus velas y cubren los mangos de sus remos
Cuando
él sube las escaleras con los músculos maduros en cutícula
Sabe
que les está dando un regalo a reyes viejos
Que
no desertan del pasado
Y
que sí lo hacen, es a ratos, para sonreírle a Jesús Alberto
Las
ofrendas son para el mismo, ellos lo saben
Pero
igual se iluminan ante su tenacidad y buen trazo
Jesús
Alberto casi tiene listos los nuevos instrumentos
Para
poder hacer más dibujos en menos tiempo
Y
sobre todo más brillantes que otros superados
Jesús
Alberto se va por unos días de sus habitaciones
Y
recorre paisajes llenos de luz para buscar inspiración
Encuentra
árboles con ramas abiertas y con quiebres repletos de mala ortografía
Sube
montañas con las curvas más inclinadas y las peores curas para las rodillas
Jesús
Alberto regresa a casa aliviado y lleno de ideas nuevas
Y
en la bañera florecen en la superficie
El
arte que consigue fragmentos
Ya
Jesús Alberto puede despegar con sutileza la piel de la carne
Y
las muñecas que alguna vez hablaron vivirán para siempre
Como
el fondo de perdurables dibujos
Corte.-
Job23:58.-
1 comment:
jajajajajajajaja
jajajajajajajajajajaja
masfino
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