Diario
de un jodedor: De hackers y de pilas
Joaquín
Ortega
No
atender el teléfono es como no estar. Y hacerse el loco, viene a ser la
herramienta más útil desde que inventaron el silencio. ¿Será por eso que las
noticias más recientes y de más larga duración han estado vinculadas a los
descuidos, a las dispersiones, a los indolentes y a los quedados? Es decir, ¿A
los dizques sabrosos y a los que se les va la lengua?
No
sabemos si está de moda que hackeen a la gente. Pero, es que sus cuentas han
sido violadas, tal vez, con demasiada facilidad. ¿El que cae con los kilos, es
porque tenía una sola clave para todo… o es, que de verdad, hay un montón de
virus perpetradores y copiones de tus combinaciones alfanuméricas?
¿Qué
haría Tim Berners-Lee si supiera que su invento para la libre circulación de
ideas y conocimiento se está volviendo más un perfilador de ociosidades que de
necesidades? Como va siendo bastante peludo que nos responda este panita,
vayamos a algo sencillo e imaginemos por qué somos tan básicos, para las claves
o passwords.
Padres,
abuelos y tíos –sobre todo los ajenos al mundo virtual o computacional- montan
las mismas claves para todos: la fecha de nacimiento del hijo, del nieto o del
ahijado -en el caso del tío gay- Las iniciales que usan para sus correos
electrónicos son las de ellos mismos y las de la familia directa. Las claves de
cajeros electrónicos, serán esgrimidas de forma idéntica en los cajeros electrónicos,
banca digital y accesos telefónicos al saldo.
“¿Por
qué me hackearon?”, sueltan el moco las ociositas de cadenas por BlackBerry –mientras la mitad del
planeta ve las fotos en pelotas que le mandaron al novio- Y es que están fritas,
por una mera razón: las combinaciones son evidentes, visibles y la gente –y los
choros- las siguen. Los nietos, hijos y sobrinos sueltan toda charla por Facebook. Colocan los lugares nocturnos
que frecuentan, cantan por twitter que
“estarán solos en su casa por una noche”, “el nombre del perro”, “las señas del
vecino” y los “carros que hay adentro y afuera”.
Uno de los peores que he leído
ha sido el de: “Fiesta: las mujeres de la familia están solas, papá está de viaje” –“hagan una buuullaaaa”
incluido en el tweet-” Como ven, todo
gira por la famosa “experiencia jeta”, la muy popular “glándula pico”, como le
dice el profesor Cova. Si usted cierra el pico, rebaja. Si usted cierra el pico
no le tiran un quieto.
La
onda primitiva de exhibición –masculina y femenina- se ha convertido en la
mejor ayuda para los amigos de lo ajeno: se coloca la situación sentimental, geográfica,
¡las coordenadas papita pues! Se revela la ruta de viaje y las horas y lugares
de encuentro antes de salir. Echan el cuento de cuanta plata llevan y se van de
conejos mostrando la foto del Iphone o
el relojote recién adquirido.
Así
como hay merodeadores alrededor de las discotecas para ver quien sale más
prendido (a), asimismo sobran el stalker y
el profesional del quieto, pendiente de meterle el diente al “venadito jarto de
agua” que busca la calle con un celular con pila a la mitad. El capitán del
Costa Concordia, el gordo de Megaupload,
todo famosito con el twitter puyao -y
el menor tumbao sólo de un empujón- tienen en común una sola cosa: creerse
superiores sólo por un ratico. En una época medieval como ésta, tener los ojos
pelados es el único garrote del hombre bueno.
Consultorio:
P: Querido
Joaquín soy una talentosa estudiante de turismo –por mi cuenta, porque nunca me
inscribí en el instituto- y he aprendido en todos mis viajes a resolver el tema
de la financiación del pasaje y la recuperación de la inversión, vía ropita
sexy y uno que otro baile en tubo. Te cuento que estoy muy molesta con mi
último amigo. Él me contrató para bailar en su fiesta de cumpleaños y las
coreografías más requeridas por él en la noche, no tenían que ver con nada de
lo que estoy acostumbrada.
El muchacho, muy culto –y ciertamente bien dotado-
me pedía cosas “clásicas” y me dio puros nombres como franceses que me sonaban
a pura música de muerto o de funeraria ¡zape!, by the way. Así que tuve que ponerme unas cosas bien antiguas como
medias y zapatillas de ballet. Una vez que lo complací en todo- para colmo 100%
vestida, que fastidio- él se puso a llorar y me dijo que le rascara la espalda
porque le estaba saliendo un salpullido que se llama “el cisne negro”.
¡Oh tu!
predicador de la puerta cerrada y de la manzana de almuerzo. Ilumíname que el
catirito está lindo, pero a lo mejor no fui lo suficientemente “bailarina” para
él. Tuya: Karlita Goncalves Guzmán Resorte Damas Liberace Dolphin, AKA: Larry
Jana.
R:
Querida groupie de candidato a alcalde. Tu presencia en esa casa, lo que ha
hecho es generar una nueva forma de ambientación sexual en el mundo del
perdedor, al cual haces referencia. Su estatuto moral se percibe inescrutable,
pero no lo es.
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