De monstruos y otros ciudadanos: Kike

De monstruos y otros ciudadanos: Kike

Joaquín Ortega

Kike huye del olor de las antigüedades

Es un hombre moderno y aspira a ser alígero y categórico

Nunca da un “no” por respuesta

Pocas veces se demora demasiado en decidir

En su mundo diario se le ve arreglado y bien vestido

Resuelto y en plan de convidante

Su apetito no es demasiado y lo saludan todos a quienes él mismo previamente se ha inclinado

En vacaciones Kike es otro

Un mortal que sabe que el tiempo es eterno

Que no hay ningún apuro para conseguir ganarse un beso

Uno que conoce de primera mano lo que es la resignación

Kike se da tiempo con las mujeres que conoce fuera de sus paredes contaminadas

Así, que camina entre bosques ríos casi secos para poder regalarse el mayor premio a su vigor

Kike sabe donde buscar lo que desea

Y está al corriente

Que las doncellas bien conservadas son las de mayor valor

Así que en sus largas caminatas, se viste de niña y borra sus pasos

Limpia los rastros de sus alimentos de su presencia y de su olor

Deja que la noche haga lo suyo

Y que el polvo, los animales vivos y la confianza de otras personas se nublen con su cuerpo que se desvanece

Kike se dibuja dentro de los escombros

Y observa cómo inocentes noctámbulos creen que el frío es su única preocupación

Pero Kike tiene tanta paciencia como hambre

Y desayuna poco para poder filtrarse mejor

Kike se entierra en los lugares donde duermen los que él observa

Se vuelve como una esquina oscura

Como un objeto inanimado

Como un adorno que siempre se ha creído colocado bajo un retablo

Kike los deja dormir

Y les roba la prisa

Respirando muy cerca de su boca

Les inocula un mal novedoso para los visitantes agrestes

Pero tan viejo que su nombre se confunde con el gruñir de un animal casi mortecino

Cuando despiertan ya Kike se ha ido

Y se emociona, viéndolos de lejos con mirada risueña y labios neutros

Y con un susurro como de chicharras los invita

A una concentración con la melancolía

Así, la depresión los infecta

Y el agobio es mayor que cualquier sabor dulce

Kike ríe

Cuando las mujeres no salen del lago

Cuando los hombres forman nudos para balancearse

En el árbol que les preparó

Cuando los niños huyen despavoridos hasta el barranco

Y cesan sus juegos

Kike termina sus vacaciones

Y un poco más delgado

Comenta entres sus colegas

Que hay pescados muy grandes y muy gordos

En el lago, en donde en uno, que otro rato

Pudo ser pintor

Corte.-                                                                                   Job23:58.-